Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
(Port./Esp.)
Durante o ano 2016, o então presidente do Equador, Rafael Correa, denunciava a existência de um novo Plano Condor na região.
Alguns analistas políticos acreditaram que exagerava, outros tentaram contradizê-lo, mas os resultados das políticas da Secretaria de Estado dos EUA destinadas à América Latina estão à mostra e lhe dão a razão.
A imposição de planos econômicos recessivos; o endividamento indiscriminado e sem um fim razoável; a destruição do sistema sanitário; a concentração de empresas de comunicação; o aumento do preço dos combustíveis mesmo quando despenca não mundo o preço do barril de petróleo; a utilização do sistema judiciário para eliminar a oposição política; a repressão do protesto e a perseguição de dirigentes sociais até serem presos, viraram nos últimos anos coisa de todos os dias nos nossos países.
Em uma sincronia que não pode passar inadvertida, o governo do Brasil, comandado pelo golpista Michel Temer decidiu, nos últimos meses, uma reforma da previdência e outra trabalhista, que prejudica os trabalhadores retirando direitos adquiridos. Na Argentina, desde os meios de comunicação, operadores políticos de Mauricio Macri estão advertindo que após as eleições se procederá à reforma trabalhista e da previdência como a que foi realizada no Brasil.
Em nosso país, ademais, tentam fazer uma reforma, com o objetivo de reduzir a maioridade penal. Mesmo sendo necessário um novo regime penal juvenil, algo que se diversos setores de organismos de direitos humanos, o governo condiciona este debate à imposição de reduzir a maioridade penal para 14 anos.
E para instalar o assunto na sociedade e assim conseguir consensos, esta semana o grupo de meios mais poderoso do país ultrapassou todos os limites e contratos sociais estabelecidos: sequestrou um menino com ajuda da polícia municipal da localidade de Lanús, no sul do Grande Buenos Aires e o ameaçou com mandar a sua mãe, única provedora do lar, para a cadeia se não se deixava utilizar para fazer o papel de ladrão e confessar diante das câmeras de televisão supostos assaltos violentos. O menino tem 12 anos de idade.
Neste operativo da imprensa, se produziram vários crimes: privação ilegal da liberdade; uso da força policial; tortura psicológica; coação; violação da Convenção Internacional dos Direitos da Criança; e a violação de pelo menos 3 leis nacionais que protegem as crianças e seus direitos.
E quando no dia seguinte foram apresentadas as denúncias cabíveis, o governo nacional através de seu Ministro da Justiça, Germán Garavano, se reuniu com o prefeito de Lanús Néstor Grindetti – um homem que responde fielmente a Macri desde os anos 80, quem foi o artífice da contabilidade nas suas empresas e foi procurado pela justiça brasileira e Interpol – e com o ministro da Segurança dessa localidade, Diego Kravetz.
Como para que não restem dúvidas de que é política de Estado violar os direitos humanos, esse mesmo dia, em declarações à rádio, o ministro Kravetz deu nome e sobrenome completo do menino, quem, até esse momento era conhecido por seu apelido.
No caso mencionado, vemos claramente como o poder midiático, as forças de segurança e o poder judiciário que permanece inativo em relação ao fato, são sócios do governo na utilização do terror para construir o sentido da “necessidade de reduzir a idade da maioridade penal”, assim como na estigmatização de desempregados e trabalhadores.
Nos últimos meses houve um avanço do Estado repressivo por sobre a sociedade, que se manifesta não só na repressão do protesto social, mas também nestes operativos midiáticos e até em emboscadas tramadas pelo governo contra coletivos sociais tal como vimos faz alguns dias, onde a associação do Ministério de Desenvolvimento Social e o do Ministério da Segurança, organizaram premeditadamente uma “caça” aos dirigentes pelas ruas do centro portenho.
Existe um incremento nos casos em que a imprensa informa que delinquentes foram abatidos após um enfrentamento, que se contradizem nas autópsias quando os médicos forenses descobrem balaços na nuca ou pelas costas e os peritos judiciais verificam que nunca tiveram uma arma nas mãos. Porém, os grandes meios de comunicação, nunca informam sobre esses detalhes.
A Argentina está sendo convertida numa tapada e à sombra dos abutres, águias e condores se pairam silenciosamente sobre a sociedade.
Tradução: Tali Feld Gleiser, para Desacato.info.
Argentina también forma parte del Plan Cóndor 2
Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
Durante el año 2016, el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunciaba la existencia de un nuevo Plan Cóndor en la región.
Algunos analistas políticos creyeron que exageraba, otros trataron de contradecirlo, pero los resultados de las políticas de la Secretaría de Estado de los EEUU destinadas a Latinoamérica están a la vista y dándole la razón.
La imposición de planes económicos recesivos; la toma de deuda indiscriminada y sin un fin razonable; la destrucción del sistema sanitario; la concentración de empresas de comunicación; el aumento de precio de combustibles aún cuando el precio del barril de petróleo se desmorona en el mundo; la utilización del sistema judicial para eliminar a la oposición política; la represión de la protesta y la persecución hasta el encarcelamiento de dirigentes sociales se han convertido en los últimos dos años en moneda corriente en nuestros países.
En una sincronía que no puede pasar inadvertida, el Gobierno de Brasil, comandado por el golpista Michel Temer, ha decidido en los últimos meses, una reforma previsional y otra laboral que perjudica a los trabajadores quitándoles derechos adquiridos. En Argentina, desde los medios de comunicación, operadores políticos de Mauricio Macri, están advirtiendo que, luego de las elecciones, se procederá a la reforma laboral y previsional en el mismo sentido en que se hizo en Brasil.
En nuestro país, además, intentan hacer una reforma penal, de manera de bajar la edad de la punibilidad de menores. Si bien es necesario un nuevo régimen penal juvenil, algo que se viene reclamando desde distintos sectores de organismos de derechos humanos, el gobierno condiciona este debate a la imposición de bajar la edad de punibilidad llevándola a 14 años de edad.
Y para instalar el tema en la sociedad y así conseguir consensos, esta semana el grupo de medios más poderoso del país rompió todos los límites y contratos sociales establecidos: secuestró a un menor con ayuda de la policía municipal de la localidad de Lanús, en el sur del conurbano bonaerense y lo amenazó con encarcelar a su madre, único sostén del hogar, si no se prestaba para hacer el papel de ladrón y confesar ante las cámaras de televisión supuestos asaltos violentos. El niño tiene 12 años de edad.
En esta operaciónde prensa, se produjeron varios delitos: privación ilegal de la libertad; uso de la fuerza policial; tortura psicológica; coacción; violación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la violación de al menos 3 leyes nacionales que protegen a los menores y sus derechos.
Y cuando al día siguiente se presentaron las denuncias pertinentes, el Gobierno nacional, a través de su ministro de Justicia, Germán Garavano, se reunió con el intendente de la localidad de Lanús Néstor Grindetti – un hombre que responde fielmente a Macri desde los años 80, quien fue el artífice de la contaduría en sus empresas y estuvo buscado por la justicia brasileña e Interpol – y con el ministro de Seguridad de esa localidad Diego Kravetz.
Como para que no queden dudas de que es política de Estado violar los derechos humanos, ese mismo día, en declaraciones radiales, el ministro Kravetz dio nombre y apellidos completos del menor, a quien hasta ese momento se lo conocía por su apodo.
En el caso relatado, vemos claramente como el poder mediático, las fuerzas de seguridad y el poder judicial que permanece inactivo al respecto, son socios del gobierno en la utilización del terror para construir el sentido de la “necesidad de bajar la edad de la punibilidad”, así como en la estigmatización de desempleados y trabajadores.
En los últimos meses hubo un avance del Estado represivo por sobre la sociedad, que se manifiesta no sólo en la represión de la protesta social, sino también en estas operaciones mediáticas y hasta en emboscadas pergeñadas por el gobierno contra colectivos sociales tal como vimos hace unos días, donde la asociación del Ministerio de Desarrollo Social y el del Ministerio de Seguridad, organizaron premeditadamente una “cacería” de dirigentes por las calles del centro porteño.
Hay un incremento en los casos en que la prensa informa que delincuentes fueron abatidos luego de un enfrentamiento, que se contradicen en las autopsias cuando los médicos forenses descubren balazos en la nuca o por la espalda y los peritos judiciales verifican que nunca tuvieron un arma en las manos. Sin embargo, los grandes medios de comunicación, nunca dan a conocer estos detalles.
Argentina está siendo convertida en coto de caza y la sombra de buitres, águilas y cóndores se deslizan silenciosamente sobre la sociedad.