Requiem para o sonho americano

Por Juan Luis Berterretche.

Especial para Desacato.info

torres 2

¿Caducidad?

“Las primeras imágenes de los jet impactando sobre las torres gemelas, nos suscitaron una conciencia de confuso final. Para los analistas que trataron tempranamente de valorar los atentados del 11 de septiembre, éstos marcan el fin de una era. Hasta ahora, son muy pocos los que han arriesgado a decir qué es lo que termina y qué se inicia. Por la magnitud de los hechos, sospechamos que sus consecuencias van a ser estudiadas y debatidas largamente en las próximas décadas. Quizá, emprender hoy -a veinticinco días del hecho- la tarea de determinar los cambios provocados por esta acción terrorista, se trate de una arqueología de lo inmediato. Pero preferimos el intento de aportar a una reflexión sobre los acontecimientos, que dejarnos vencer por la parálisis del estupor.

El prólogo de una seria reflexión, es el rechazo terminante a toda justificación de una escalada de violencia revanchista. Antes de que esta crisis alcanzara su fase crítica, Pakistán e Irán ya habían recibido 3,5 millones de refugiados afganos. Se estima que ahora se sumarán 1,5 millón más que pasarán por el infortunio y la penuria de un éxodo de pánico. Y aún falta contabilizar las futuras bajas de los bombardeos.

La experiencia nos dice cuales son las víctimas de esos espirales de violencia. Para mí, por lo menos, aún está fresca la imagen de una niña en Vietnam, corriendo desnuda con el cuerpo quemado por el napalm…

Ciudad Desnuda

“En 1950, New York, la ciudad desnuda, era la única en el mundo que podía afirmar que contaba con 10 millones de historias. Fue, entonces, la primera con derecho a ser designada como megalópolis.

NY, aloja el centro financiero más importante del planeta, es la capital del mercado cultural y artístico mundial, es el mayor complejo urbanístico-arquitectónico de la humanidad, alberga la sede de la ONU, es un enorme polo de atracción turística y de compras y es la ciudad más cosmopolita del mundo. Y cumple otra cantidad de funciones de primer orden en el globo.

“La ciudad es un discurso y ese discurso es en verdad un lenguaje”, nos dijo Barthes. Aldo Rossi y Robert Venturi agregaron que, como lenguaje, la ciudad es un instrumento de comunicación simbólica. NY es la mercancía con mayor contenido simbólico que posee el capitalismo. Es la capital del american way of life y el set privilegiado del sueño americano.

Para Franco Rella las grandes ciudades son el escenario donde se reorganiza mecánica y científicamente el tiempo de trabajo. La existencia metropolitana y la ciudad misma como desierto y selva, es el lugar de la “sincronización de los relojes”, para que la ciudad funcione como máquina dentro del horizonte de las mercancías. NY fue lo más cercano a la “moderna máquina de vivir” que soñó la euforia tecnológica capitalista. Como maquinaria de habitar, de existir, de relacionarse o aislarse, pero sobre todo de producir y consumir, NY es el mecanismo privilegiado de EEUU. Y por algunas horas los terroristas lograron trabar sus engranajes que no se detenían por siglos. Lo hicieron al costo de 3 millares de víctimas civiles, un millón de toneladas de escombro, y una profunda herida en el orgullo americano.

Para los fundamentalistas islámicos es la Sodoma y Gomorra donde se concentran todas las iniquidades y perversiones de occidente. Distintos valores simbólicos para unos y otros.

Esa NY que en los últimos años ha asumido la función de zona céntrica de la aldea global, fue el blanco de una pesadilla de impactos, explosiones, fuego y derrumbes. Y estos eventos dieron inicio a un síndrome de inseguridad.

Hoy NY es una zona de desastre. Es previsible un ingente esfuerzo para que la ciudad recobre todo su simbolismo. Igualmente su horizonte está saturado de incertezas. Y será muy difícil recuperar su antiguo valor iconográfico empañado por el aciago desplome de las torres gemelas.”…

Torres

“El complejo de las dos torres de más de 400 metros de altura, contaba con otros cinco edificios menores y ocupaba unas seis hectáreas y media. El conjunto albergaba los escritorios de 400 empresas de 25 países. Cincuenta mil personas trabajaban en las torres norte y sur. Contaban con un estacionamiento para dos mil vehículos y generaban 50 toneladas de basura por día. Sus ocupantes consumían diariamente 8,5 millones de litros de agua potable. Esto es 170 litros por persona y por día. Pero si contamos los 363 mil litros de agua por minuto, que las máquinas de aire acondicionado extraían del Río Hudson, deberíamos agregar otros 3500 litros de agua por persona. Y no olvidemos que este consumo corresponde sólo a las horas de trabajo. Un habitante de Madagascar utiliza, en promedio, 5 litros de agua por día.

Las torres fueron levantadas para encarecer una zona de la isla de Manhattan que se había desvalorizado. Su construcción abrió una suculenta especulación inmobiliaria. El complejo era una síntesis de despilfarro y violenta agresión ambiental.

Símbolos del capitalismo globalizado. Iconos del libre mercado, de la tecnología más sofisticada, de la grandiosidad y opulencia de un imperio hegemónico. Su arquitectura era el discurso del ideal de ciudad del capitalismo tardío: espacios controlados por la última tecnología, limpios, seguros, bien iluminados, habitados por toda clase de gente exitosa.

No eran parte de la ciudad sino su equivalente y sustituto. Sus relojes daban la hora de cada rincón del planeta. Y en los monitores de sus millares de oficinas se diseñaba numéricamente, la dicha de unos pocos y la desdicha de millones de personas. Entre sus paredes, las guerras, las hambrunas, las infamias del capital globalizado se contabilizaban sólo como pérdidas o ganancias. Algún lejano conflicto que figuraba en sus balances, los abrazó con el odio de la destrucción. La cantidad de víctimas está en relación con sus dimensiones deshumanizadas.”…

¿Terrorismo?

“En Blade Runner, los androides, expertos en violencia, se rebelan contra el poder y es preciso eliminarlos. Los “replicantes”, del film de Ridley Scott, son una alegoría de Osama bin Laden y su organización: Al Qaeda. Instrumento de EEUU en la guerra de Afganistán del lado de los talibanes y contra el gobierno títere de la URSS, Laden contó durante diez años con el entrenamiento, las armas y el dinero de la CIA, a través del servicio secreto pakistaní. En 1989, luego de la derrota rusa en Afganistán, volvió como héroe a Arabia Saudita. Pero un año después, actuando como asesor del clan real saudita, rompió con su gobierno por el establecimiento de tropas norteamericanas en el país, durante la guerra del golfo. A partir de allí es un enemigo de EEUU. Es a este “replicante” fuera de control, al que se responsabiliza de los atentados. Y es contra él y el gobierno de Afganistán que lo ampara, que se declaró la guerra desde el imperio.

Los estadounidenses ya experimentaron en Vietnam, que toda guerra en el extranjero tiene su camino de vuelta a casa. Es en el desmantelamiento del despotismo y la arbitrariedad, es desmontando los escenarios de conflicto, es en la búsqueda sincera de la paz, donde se juega el esfuerzo contra este tipo de terrorismo. Las represalias armadas de EEUU y sus aliados sólo avivarán la audacia e irracionalidad, de esta modalidad de violencia insensata.

La política estadounidense ayudó a transformar a Osama bin Laden en un personaje emblemático para las masas populares islámicas”…

Epílogo

“El saber de la caducidad, el saber de la discontinuidad histórica, es el saber de la revolución, y de la transición hacia otros órdenes…” nos dijo Walter Benjamín. Descifrar en este infortunado acontecimiento los signos de la caducidad, será la tarea de todos aquellos que quieran imaginar otro mundo posible.

La represalia militar norteamericana ha sido anunciada como de largo alcance, en el espacio y en el tiempo. Más aún, EEUU pretende que el mundo se divida entre los que están de su lado o del lado del terrorismo. El imperio intenta globalizar la guerra y sumergirnos a todos en la barbarie.

Los atentados en EEUU han conducido hacia nuevas y peculiares relaciones internacionales, por las prioridades político-militares que se ha fijado el imperialismo. En los medios, en los diferentes niveles del poder, las viejas raposas reaccionarias han salido a justificar la violencia del imperio. Pero, el paradigma económico-social-cultural-político-militar dominante, que acrecienta la brecha entre hambre y despilfarro y que promueve la decadencia moral, la manipulación de los medios, la marginación, la demagogia, el consumismo irresponsable, la destrucción de la naturaleza y la violencia, ha perdido capacidad de cautivar con su discurso.

“En las últimas décadas del siglo anterior, las avideces del capital globalizado nos impusieron un “vale todo” en los mercados y en las relaciones internacionales. Como contrapartida, millares de activistas de todo el mundo coincidieron con Adorno en los atributos de un futuro posible: evitar toda clase de sufrimientos innecesarios.

Para ellos, que no temen los desafíos de los nuevos tiempos, que no se amedrentan con lo inusitado, que eligen el camino de la crítica más implacable sobre lo actual -en las palabras y en los hechos-, también se abre una época de vale todo.”

Brasil, 06 de octubre de 2001.

Este texto es parte de un artículo más extenso, de igual título, escrito a menos de un mes de la explosión-implosión de las Torres Gemelas de N. York, Fue distribuido por Correspondencia de Prensa. Y publicado por Cuadernos del Sur N 32– Buenos Aires, oct. 2001; y Desde los CUATRO Puntos N 34 – México, oct. 2001. Hoy sólo le agregaría una gran incógnita ¿Cuál fue la participación de los servicios estadounidenses y sionistas en la planificación y ejecución del atentado?

 

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