Por Orlando Balbás, de Cumaná, Venezuela, para Desacato.info
La geopolítica mundial y su recomposición constante es el centro de irradiación de los conflictos a nivel internacional desde las dos guerras mundiales. La primera, desarrollada entre 1914 – 1918 y la segunda entre 1939 – 1945.
La modificación de las relaciones entre los países y sus áreas de influencia respecto a las potencias del mundo enfrentadas en una guerra fría , son puntos de referencia, que se mantienen hasta la actualidad, con todas las diferencias económicas , ideológicas y estratégicas. Se convierten en ejes transversales de la diplomacia.
Los movimientos para lograr alianzas, acuerdos y cooperación internacional, en toda la zona del mar báltico, el mediterráneo y el Golfo pérsico, permiten el permanente juego de la guerra llamada fría, que es con pólvora caliente y derrocamientos de gobiernos por parte de la OTAN. Permite el control armado y la amenaza permanente. Amén de las invasiones a los países del medio oriente por parte de las fuerzas concentradas en la Organización del Atlántico Norte, liderada por los Estados Unidos y Europa.
Las fuerzas militares de occidente, lograron mantener y defender la imposición ideológica y tecnológica consolidando la unipolaridad del poder mundial. Juegan en estos momentos con otro reacomodo de fronteras que pudiera tornarse en la ruptura del equilibrio de fuerzas, que pudiera desatar una conflagración de carácter planetario.
La importancia estratégica de la península de Crimea para Rusia, (cedida a Ucrania en los años 50 y ubicada cerca de las costas del mar negro) y el puerto de Tartus en Siria, tienen la dimensión de su cercanía a los aliados de la OTAN, como Bulgaria, Turquía y Rumanía. Los Estados Unidos concentran su maquinaria militar en países de la Europa Oriental. Su finalidad es tomar Siria y romper la influencia Rusa en esa zona para ampliar su radio de acción territorial, en una región petrolera, como la de los países árabes y neutralizar la influencia de Irán en el Medio Oriente , que mantiene una posición anti norteamericana y es aliado de los gobiernos progresistas del mundo, dentro de estos, nuestro país, Venezuela.
Toda la propaganda contra Rusia, la califica como un invasor. Pero la verdad es que la península de Crimea fue de la República Rusa y está en un territorio, conformado por más de un millón y medio de habitantes de nacionalidad rusa.
Está conformándose en el mapa mundial, un nuevo escenario que retrotrae al pasado bélico en el avance de Alemania nazi, en las que el mundo cambió sus límites y las políticas entre naciones se mueven de acuerdo con su identidad, frente a cualquier potencia mundial, por la búsqueda de la hegemonía y la defensa de modelos de vida distintos. Los antiguos enemigos (Alemania y Estados Unidos), se unen en el siglo XXI, para sostener la línea anti Rusia.
La presencia de Rusia y sus relaciones comerciales con Alemania, proveyéndola de gas, ha evitado que se desate una ofensiva, conteniendo el ímpetu expansivo de los gobernantes alemanes, para detener el avance del país líder de la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS). Rusia retomó Crimea e hizo acuerdos para mantener su presencia aun después de 2017 en el mar Báltico, que permite su respuesta rápida ante cualquier intervención militar de la OTAN, en los países aliados. Está en juego la hegemonía del imperio gringo y utilizarán cualquier acción para recuperar su influencia en el mundo.
Imagem do porto de Sebastopol, tomada de: www.rtve.es