Por Orlando Balbás, de Cumaná, Venezuela, para Desacato.info
Venezuela desde el año 1998, con el triunfo electoral del Comandante Chávez en las elecciones presidenciales, entró en una etapa política diferente, produciéndose la ruptura con los conceptos y esquemas tradicionales que caracterizaron la economía durante los cincuenta años anteriores. La nación, comenzó un camino inclusión y beneficios sociales, en la búsqueda de mejorar la vida de millones de venezolanos. Ahora, la renta petrolera y las decisiones políticas, se democratizan.
El primer paso de participación popular en los cambios propuestos en Venezuela, fue la elección de los miembros del congreso constituyente, para elegir a los representantes legislativos que plasmaran los resultados de las propuestas constitucionales. El pueblo fue llamado a discutir y realizar la nueva Constitución, llevada a un referendo consultivo de carácter nacional, para aprobar o no la nueva carta magna, que aprobada mayoritariamente en diciembre de 1999.
El espíritu y razón de la naciente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tiene como eje central la participación popular, el desarrollo del país, el reconocimiento a las etnias indígenas ( sus territorios, lenguas, creencias y cultura en general), el desarrollo del país, la diversidad cultural, la independencia, la educación como un derecho humano, la defensa patrimonial, referendo revocatorio de mandato presidencial y los otros cargos de elección popular(Gobernadores y Alcaldes), la libertad religiosa, entre otros elementos centrales.
La aplicación de este cuerpo de artículos constitucionales, trajo como consecuencia, el rechazo contundente de los sectores dominantes de la economía y de los rancios opositores de la derrotada y vieja política de la otrora mal llamada democracia. Y desde allí se desató todo el plan para derrumbar el naciente proceso de cambios y transformación liderado por Chávez.La acción política opositora, se ha basado, fundamentalmente en el sabotaje de la economía venezolana, iniciando su estrategia con el golpe de Estado el 11 de abril de 2002. Que derrocó a Chávez por 48 horas, continuó con el golpe económico o sabotaje petrolero a finales de ese mismo año y continuado en el 2003. De allí, todos y cada uno de los actos de subversión de la derecha, se dirigen a al factor económico.
Los intentos de tumbar al Presidente Hugo Chávez, fueron derrotados, neutralizados por la participación de un movimiento cívico-militar, en defensa de la revolución. A raíz de esta realidad, en el año 2005, el Presidente Chávez, declara el carácter socialista de la revolución Bolivariana, lo que se tradujo en un compromiso de socialización de las fuerzas productivas, los medios de producción y la producción en sí misma. La realidad actual, obliga al Estado venezolano, a acelerar los procesos productivos internos, hacer acuerdos y convenios con la empresa privada y a romper el desabastecimiento, la inflación y el contrabando de alimentos y otros productos de consumo. La guerra sigue siendo económica, la médula de obtención de divisas sigue siendo la producción petrolera, la importación representa un estratégico intercambio comercial de abastecer el país. Es prioritario para el gobierno, fortalecer los lazos de unión con toda Latinoamérica y romper el cerco económico impuesto a Venezuela desde el propio territorio.