Quito, 15 may (Andes).- El árbitro que presidió el caso de Chevron y Texaco en contra de Ecuador cobró 939.000 dólares. En otro caso, este mismo árbitro facturó un total de 719 horas a una tarifa de 660 dólares por hora más IVA.

Así lo denuncia el informe de Cecilia Olivet, “Cuando la injusticia es un negocio”. Los honorarios de los árbitros pueden oscilar entre USD 375 y USD 700 por cada hora de trabajo, dependiendo del lugar donde se realice el juicio, de la duración y del monto de la demanda.

La mayoría de paneles de arbitraje está conformado por tres abogados. Cada una de las partes en litigio designa a un abogado y el tercero –el presidente- resulta de la elección de ambos árbitros nombrados por las partes. En el caso de Oxy contra Ecuador, el copropietario del diario El Universo y articulista de ese medio, Hernán Pérez Loose, asesoró a la petrolera que intenta estafar al país, según ha manifestado el presidente ecuatoriano Rafael Correa.

Los árbitros que actúan en contra de los Estados en los tribunales internacionales de inversiones lo hacen a escondidas de los medios de comunicación, existe un concierto internacional que los oculta pero que les ha otorgado un poder sin precedentes para dictaminar sobre casos que afectan a millones de personas en el mundo.

Olivet explica que cuando las compañías demandan a los gobiernos ante tribunales de arbitraje internacional, los árbitros tienen el poder de desviar el dinero de los contribuyentes a las corporaciones. Eso significa penalizar a un gobierno por tratar de garantizar los derechos humanos de las personas, su acceso a la salud, a servicios básicos o a la educación.

Pero no son solo los beneficios económicos que, a costa de los Estados demandados, reciben lo árbitros lo que preocupa. Estos jueces se desempeñan además como abogados, académicos, asesores de políticas o comentaristas en los medios, creando una atmósfera favorable para sus defendidos y en contra de los pueblos. “Un examen detallado del mundo del arbitraje revela que los árbitros, lejos de ser neutrales, se han convertido en poderosos actores que han determinado el sistema de arbitraje de inversiones favorable a las corporaciones que conocemos”.

Un selecto club de 15 abogados maneja los hilos del capital

Puede que lo árbitros no sean muy conocidos en el mundo exterior pero los miembros del club del arbitraje se conocen muy bien entre sí. Los árbitros internacionales son el paradigma de una comunidad muy unida. Académicos, periodistas y otras personas cercanas al circuito del arbitraje de inversiones lo han descrito como un “pequeño club secreto”, “un círculo cerrado”, “un grupo hermético homogéneo integrado por ‘grandes veteranos'” o incluso “una mafia del arbitraje”.

De acuerdo a la investigación de Olivet, una élite de 15 árbitros mueve los hilos del arbitraje de inversiones. Ellos se recomiendan unos a otros, se invitan a dictar charlas y conferencias, son “no solo una mafia, sino una mafia interna, más pequeña”, según el árbitro profesional Toby Landau.

Estos 15 árbitros -que siempre escogen los casos de donde existe mayor posibilidad de ganancia monetaria- han resuelto 247 casos de un total de 450 demandas relativas a tratados de inversión conocidas hasta hoy; es decir, el 55% de los casos llevados a tribunales internacionales. Esta mafia se ha hecho cargo de 12 demandas relativas a inversiones que superaban los 4.000 millones de dólares.

Pero, ¿quiénes son estos árbitros? La realidad no sorprende: cuatro son de Estados Unidos, tres de Francia, tres de Canadá y los restantes de Suiza (1), Países Bajos (1), Alemania (1), Bélgica (1). En la lista secreta aparece solo un sudamericano, el chileno Francisco Orrego Vicuña, criticado por los sectores progresistas chilenos por su vinculación con la dictadura de Augusto Pinochet.

En la lista está, ni más ni menos, que Charles Brower, cuya imparcialidad quedó cuestionada en el caso Perenco, cuando se refirió a Ecuador y Bolivia como “países de acogida recalcitrantes” porque los gobiernos de estos dos países se negaron a aceptar las decisiones del tribunal de arbitraje que contradecían sus propias constituciones.

La supervivencia del arbitraje internacional de inversiones podría muy bien depender de que el club de árbitros siga siendo pequeño y se mantenga interconectado y cohesionado. Y así es como funciona en realidad: para el capital transnacional, todo queda en casa

• Fuente: http://www.andes.info.ec/es/actualidad/arbitro-presidio-caso-chevron-texaco-contra-ecuador-cobro-cerca-millon-dolares.html