Es indignante que un Consejo de Médicos se abrogue el derecho de insultar a profesionales de la medicina reconocidos internacionalmente y por la OMS, como el hecho de que Cuba tiene más médicos en el mundo en funciones de salud y de solidaridad que toda la OMS junta, o sea, que los médicos brasileños no han sido capaces de dotar al mundo de 20 mil profesionales de la salud para garantizar un objetivo del milenio “SALUD PARA TODOS”.
Es indignante que aseguren que esos 6 mil profesionales están desempleados en Cuba. En nuestro país no existe ni un médico desempleado. Todos tienen suficiente espacio para trabajar y son reconocidos por la sociedad cubana, quien quiere a sus médicos y enfermeras y siempre se refiere a ellos con cariño y lealtad a los principios que los formaron en nuestra Revolución.
Pero puede comprobarse con los ciudadanos de otros países que confían su salud a nuestros médicos y viajan desde diferentes países, aún con mucho dinero y desde el mundo occidental desarrollado, a tratarse diferentes afecciones en nuestro país. No creo que cedamos un espacio ante ningún profesional en el mundo.
Para más, nuestros médicos tocan a los pacientes, los auscultan con sus manos y oidos, los miran y no solamente a través de equipos sofisticados, que no son instalados en las comunidades pobres, por razones obvias.
Vergüenza debería darle a cualquier médico de cualquier país, si tiene que recibir extranjeros para que se trasladen a los lugares pobres, intrincados, lejanos y que aún se desconoce cuál es el estado de salud que presentan sus habitantes. Cuba ha hecho pesquisas médicas en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador y en Nicaragua, de suficiente profundidad como para detectar las discapacidades que estaban ocultasy que ahora saltaron a la luz y las personas tienen atención médica.
El tiempo dará la razón. Los pobres no perderán la oportunidad de tener un médico.
Te hago una anécdota de un hecho ocurrido hace unos 20 años. Una compañera mía estaba en Panamá y su hijo se cayó y se partió la barbilla. Desesperada fue al primer hospital que encontró pero como era diplomática la llevaron a un hospital privado. El médico limpió la herida, la revisó y le dijo: señora hasta aquí son tantos dólares. Pero para coser su herida necesito saber si tiene usted dinero para pagarla.
Ella sencillamente le dijo: De donde vengo los médicos no hacen esas preguntas. Atienden al paciente que lo necesita. Entonces el médico le preguntó: de dónde es usted señora y ella le respondió: SOY CUBANA.
El médico se sonrojó y le dijo: Disculpe, yo estudié en Cuba también. Cosió la herida del niño y no pidió ningún dinero.
Ejemplos como esos sobran en Paquistán durante un terremoto, en Nicaragua y Perú, en Venezuela, en toda África, en Paraguay, Bolivia, en los países del Caribe, en Haití durante una epidemia de cólera donde los demás médicos hicieron mutis.
Disculpa pero es humillante para un país pequeño como Cuba, que un gigante como Brasil, un continente por sí solo, denigre a nuestros médicos, humildes, sin dinero, pero con un corazón en medio del pecho, con conciencia de su labor, que los convierte a hombres y mujeres, enverdaderos gigantes del mundo.
Tú sí, tienes conocimiento y prueba de ello. Te autorizo a publicar esta nota en la página web de acoso, porque lo que han dicho es un hecho de VIOLENCIA contra una profesión tan digna como la del Ejército de las Batas Blancas cubano.
Lydia Guevara
Advogada Cubana