Todas las encuestas en Venezuela, todos los estudios de opinión indican que las preferencias electorales favorecen al Presidente Hugo Chávez. Cerrar los ojos ante esa realidad, es “desbarrancarse” en la oscuridad. Por eso no se puede hablar de una guerra de encuestas, todas sin excepción, destacan el liderazgo del Comandante Chávez, las mayorías de esta tierra venezolana van a decidir por el proyecto Socialista, como lo expresa en su propuesta general de gobierno el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Retroceder hacia los túneles oscuros del dominio de las élites y grupos económicos poderosos de la burguesía convertiría nuevamente a los venezolanos en marginales olvidados por sus gobernantes de turno. El paquetazo a aplicarse en un posible gobierno de la derecha, en este país, es reincidir en la pobreza de la población y volver al compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Significa un retroceso de la nación al tener que desmontar todas las políticas del Estado y colocar en manos privadas la alimentación, la riqueza petrolera, las comunicaciones, la construcción de viviendas, se reducirían las misiones a su mínima expresión y retornarían los aumentos sistemáticos de todos los bienes de servicios y de consumo. Eso es lo mismo que volver al 80% de pobreza dejado por la cuarta República y reducido en la actualidad a un 7%.
Los nexos políticos de la oposición con el gobierno de los Estados Unidos, permite deducir lo que es muy probable que pase en un supuesto triunfo de la extrema derecha. Indiscutiblemente, el territorio venezolano sería inmediatamente convertido en base militar norteamericana y la persecución al pueblo estaría a la orden del día. Los cuarenta y nueve buques artillados por el gobierno yanqui en Costa Rica y las 39 bases militares gringas instaladas en América Latina, tendrían una activación inmediata. Pues la tarea fundamental para el imperio norteamericano es controlar a Venezuela, reducir el movimiento popular de transformación y cambios, exterminar a sangre y fuego el chavismo y bajar en muy corto plazo los precios del petróleo.
El triunfo de Chávez está asegurado, solo que es necesario obtener una ventaja abrumadora, que no deje resquicios para la ejecución del plan “B” de la oposición golpista, la brecha en la ventaja de Chávez debe ser el aviso al conspirador Radonski, para que no se atrevan a inventar tonterías y desarrollar violencia en el país. Pues de otro modo se interpretaría como un escenario planificado para dar un golpe de Estado contra Chávez.
Es condición para la paz en Venezuela evitar que los fascistas digan que hubo fraude. La táctica de la derecha es tratar de disminuir la ventaja de su derrota para hacerlo. Trafican con la guerra mediática creando la ilusión de ganar. Esta situación fortalece la idea de la violencia para no aceptar los resultados que emitirá el Consejo Nacional Electoral (CNE), pues así está diseñado su “plan B”, es seguir desconociendo a las instituciones y luego generar el desorden y el caos en las ciudades y centros electorales más importantes del país.
Ellos saben que Chávez les lleva una ventaja irreversible y es imposible superarla en esta semana que les queda para las elecciones del 7 de octubre de 2012.
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