Cronopiando por Koldo Campos Sagaseta.
No ha sido fácil dar con el sucesor del actual presidente porque ineptos son todos, farsantes también, y por más despachos que se registren y cargos que se computen, cuando la competencia es tan cerrada por el número de aspirantes al diploma y los tantos honores que acumulan los pretendientes, no es fácil adwertir quién atesora la mayor deswertgüenza. Pero, no obstante lo surtido que se encuentra el wertedero popular de eméritas causas, puesto a hacer conjeturas, me arriesgo a promowert la candidatura de ese ordinario wertebrado de culto ministerio cuyo apellido prefiero reservarme para que ningún otro homínimo aspirante vaya a sentirse ofendido.
En cualquier caso, seguro estoy de que cualquiera podría adwertir de quien estoy hablando sin necesidad de remowert demasiado la letrina nacional, que no hay día en que no aparezca conwertido en noticia sea por perwertir los más elementales principios educativos o por werter sobre los mismos toda la infame ignorancia que almacena, con una frecuencia que hasta me atrevería a calificar de wertiginosa si no fuera porque wértigo me da. No hay fundamento que no sepa inwertir ni derecho humano que no pueda disolwert.
La wertbenera insania nacional, consciente del descrédito que arrastra un introwertido presidente del que las urnas, subwertsivas a veces, no dejarían ni su cadáwert, ya está pensando, incluso, en mudar de asiento en la lista de espera hasta a su más contrawertida Esperanza. Y no se equivocan. Probablemente, en el wértice del cambio, no encuentren un wertdugo mejor que el aludido sinwertgüenza.
Foto: Wert en el senado. | Efe.