“Los políticos y las izquierdas nos están llevando al caos”— Miguel Facussé, terrateniente del Bajo Aguán, Honduras.
Bien sabido es que no existe la verdad absoluta. Cada quien expone su verdad y el interlocutor sabrá cuánto aprueba o desaprueba, la única ley, según he escuchado, que no tiene cambio es la del cambio. Todo y todos/as nos guste o no caminamos hacia ese cambio que nos lleva el misterioso tiempo, que tanto le dio de pensar al genial escritor Jorge Luis Borges.
El sábado 21 exponía el empresario Miguel Facussé en Diario Tiempo y otros medios sobre la situación actual política hondureña y concluye en que :” Los políticos y las izquierdas nos están llevando al caos”. Sin apasionarnos, debemos de reconocer que hasta cierto punto tiene razón.
Para empezar, los mismos derechos y deberes deberían de existir para un empresario millonario, para uno de la mediana empresa, para los incipientes y para alguien que, como yo, simplemente es propietario de un bote de tinta, un corazón catracho y un cerebro enmancipado y enmancipador. La cruda realidad nos dice, a cada momento, que eso no es posible. El millonario, en un país como Honduras, puede hacer y deshacer, sin que nadie le diga nada, puesto que él es el TODO, en cambio el dueño de un bote de tinta debe de tener cuidado con los temas y hasta los nombres que menciona en sus escritos pues ya en Honduras no solo se corre el riesgo de la censura sino de que le priven de lo mas sagrado, la vida.
Don Miguel dice que nos llevan al caos “los políticos y las izquierdas”. En lo de las izquierdas discrepo completamente, podría llamarse como el ya casi pasado comunismo, el moderno socialismo del siglo XX1, y en un extremo, simplemente podría llamársele hambruna. Ya no importa como quiera llamárseles a las extremas desigualdades sociales, pero sí persisten y se agudizan alguna reacción habrá, llámesele como se le llame, a esa masa hambrienta, insalubre y sin esperanza reaccionando de alguna manera.
Así se descarta eso de “las izquierdas”, ¿por qué funcionan a la par de la derecha en Europa? España pasó del socialismo al neofranquismo de Rajoy, y no es la muerte de nadie: Francia del fascismo y entreguismo de Sarkozy a un socialismo moderado (tampoco es la muerte de nadie). En la misma Rusia ha habido cambios y la vida continúa sin el caos por ejemplo de Honduras, donde no hubo cambio, solo se habló de él y eso ha bastado para desatar lo que ya todos sabemos y nos tiene en la vergüenza mundial del país conocido como la capital del crimen del globo terráqueo.
Sí le doy la razón a don Miguel en cuanto a lo de “los políticos”, pero no todos ni todas, como siempre, tenemos que dejarle ese margen a las excepciones. Además, existen políticos y “políticos”, estos entrecomillas, especie abundante en Honduras, son quienes bajo ninguna circunstancia se han planteado el concepto de nación (no me refiero al reciente llamado Plan de Nación que en realidad es Plan de Ración) sino que ven el gobierno como Drácula ve el cuello de una muchacha solitaria que pasea por un parque ya cuando el sol ha sido relevado por la oscuridad.
Esto nadie me lo contó, lo viví, tampoco es un alegato para eximir de culpas a las compañías estadounidenses que llegaron a Honduras, pero tan cierto es que viví la bonanza en la costa norte, en Montecristo, en las afamadas piñeras de la Standard Fruit Company. Cuando estas compañías llegaron a invertir y a obtener ganancias, llevaban las buenas intenciones del trato patrón-obrero de los Estados Unidos, y tiene razón don Miguel, fueron los políticos, entre ellos “presidentes del país”, junto a lacayos hondureños que jefeaban en las fincas y empacadoras, que dijeron a las transnacionales que estaban gastando innecesariamente en sueldos razonables, salud para los obreros (había centros médicos, dispensarios), también había lo que se conocía como “comisarios” para que los obreros adquirieran alimentos y productos de primera necesidad a bajos precios. Y hasta cierta buena relación entre sindicato y compañía.
Todo esto se vino abajo cuando “compatriotas”, algunos “presidentes”, sin que se lo pidieran sino porque los gringos les dieran a ellos una tajada más grande, vendieron a su pueblo y desbarataron todas estas prebendas y conquistas. Y así una transnacional como la Standard Fruit Company pudo obtener a casi ningún costo grandes extensiones de tierra desde Río Bonito hasta El Porvenir (Atlándida), desde allí hasta las faltas del Pico Bonito, desde allí hasta el aeropuerto Golosón, mientras el campesino hondureño era incapaz de obtener una parcela para suplir las necesidades básicas de su familia que fuera producto de la tierra en donde ellos nacieron.
Desde entonces los “políticos” después con el cuento de “legislar” (ni más ni menos como ahora si no vean el caso de las mineras canadienses) han venido repartiendo a diestra y siniestra los recursos naturales de una tierra, Honduras, que por ley terrenal y divina debería de pertenecernos a todos/as los allí nacidos. Y hacen cosas como implementar una “educación” hondureña (en donde ni a los maestros/as se les paga) a la pobrería, mientras los “políticos” y quienes se consideran con un poquito de más caché (aquí abarca amistades y familiares) someten a sus hijos/as a una “educación colonial” en donde vacacionan al igual que en los Estados Unidos, su idioma entre sí es el inglés, y saben de Lincoln pero creen que Lempira es una marca de jabón. ¿Qué amor por Honduras podrán tener en el futuro si para ellos lo mejor es fuera de Honduras y Honduras es nada más una gran finca que les provee para sus caprichos?
Está también el político empresario o viceversa, que luego de enriquecerse de forma ilícita a través de contratos amañados no quiere siquiera mantener sus hijos/as con esos recursos mal habidos sino que les enseñan a enquistarse en el gobierno como eternas sanguijuelas de un paraíso putrefacto. Sin mérito alguno los encumbran en posiciones que cualquier ser humano con un poco de solvencia moral no haría de sus hijos.
Ah, una pregunta, eso los “políticos”, ¿y quiénes son los dueños de estos políticos? Pues los de más arriba, los que controlan el poder económico, indudablemnte, manejan a su antojo a las marionetas políticas Made in Honduras. Entonces el problema no son “las izquierdas” sino que de tanto azote puede ocurrir el milagro de que la indiada se despierte, como es el caso Nicaragua, y no es que deplore a los ricos ni inversionistas sino que los someta, quizá llevados por la corriente del río, a que formen parte integral de una sociedad más justa. Eso y nada más. Mi amigo, con quien mucho antes de que existiera el karaoke cantábamos a Leonardo Fabio allá en el Piano Bar en el Boulevard Juan Pablo II, Jorge “Cocoy” Abudoj Frixione, fue a invertir a Nicaragua y no es el espanto de nadie. Así se comprueba que el problema no son “las izquierdas”… son las ‘honduras’.
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