Sul21.- Quem exprimiu a premissa que intitula este texto, ainda que em outros termos, não foi qualquer um. Seu autor é o presidente do Equador, Rafael Correa. Foi dita em visita recente que o mandatário fez ao Brasil durante entrevista que concedeu ao jornalista Kennedy Alencar em programa que este mantém na televisão aberta.
Correa disse ainda mais. Afirmou que, ao deixar o poder, pretende se dedicar integralmente à missão de combater o que pode ser chamado de imperialismo midiático, ou seja, o massacre comunicacional que um reduzido contingente de impérios de comunicação produz ao esconder, minimizar, aumentar, distorcer ou inventar fatos, além de, não raro, censurar divergências.
A grande dificuldade que se apresenta hoje para acabar com a figura supranacional que é a do “dono” da comunicação (algumas dezenas de grupos empresariais, familiares ou não, que decidem o que a humanidade deve ou não saber) é a de que esses impérios absolutistas se escudam naquilo que mais ferem: a liberdade de expressão.
Para tanto, esses mega grupos empresariais espertalhões procuram manter viva uma situação que vigeu nos primórdios da imprensa, quando ela não tinha o poderio que tem hoje nas democracias e, assim, era o último bastião contra o despotismo de Estado.
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Vídeo de Carta Maior.
El imperialismo mediático es el mayor problema de la humanidad
Quien tuviera esa expresión del título de este texto, aún con otros términos, no es un don nadie. Su autor es el Presidente del Ecuador, Rafael Correa. Fue dicha en la visita reciente que el mandatario hizo al Brasil durante una entrevista que concediera al periodista Kennedy Alencar en un programa que mantiene en la televisión abierta.
Correa dice aún más. Afirmó que al dejar el poder, pretende dedicarse enteramente a la misión de combatir lo que puede llamarse Imperialismo Mediático, o sea la masacre comunicacional que un reducido contingente de imperios producen al esconder, minimisar, aumentar, distorcionar o aumentar los hechos, además de -no es raro- censurar divergencias.
La gran dificultad que se presenta hoy para acabar con la figura todopoderosa que es la del dueño de la comunicación (alguna decenas de grupos empresariales, familiares o no que deciden lo que la humanidad debe o no saber) es la que de esos imperios absolutistas se escudan en aquello que más hieren: la libertad de expresión.
Para ello, esos mega grupos empresariales de lo más expertos, procuran mantener viva una situación que prevalezca en los primordios de la prensa, cuando ella no tenía el poderío que tiene hoy en las democracias y, así, era el último bastión contra el despotismo de Estado.
Traducción: María del Carmen Taboro.
Foto de capa: Reuters