Aborto legal: a vitória histórica dos lenços verdes


Por Débora Mabaires, de Buenos Aires, para Desacato.info.

Tradução: Raul Fitipaldi, para Desacato.info. (Port/Esp).

Alguns meses atrás, Maurício Macri habilitou o debate sobre a interrupção voluntária da gravidez, pensando que o polêmico projeto serviria para inviabilizar a política exterior e econômica que desenvolveria nesses dias; e contando com a convicção de que a pressão da igreja católica e os grupos conservadores impediriam que o projeto avançasse.

Durante dois meses se habilitaram no Congresso da Nação as vozes de mulheres, médicos, sociólogos, padres, jovens, jornalistas, etc. Toda a sociedade viu-se representada nesses discursos onde mais de mil indivíduos opinaram para tentar unificar os diferentes projetos de lei.

Ontem, 13 de junho, o projeto para legislar sobre a despenalização do aborto começou a ser tratado na Câmara dos Deputados e se estendeu durante toda a noite, chegando à aprovação por uma ajustada margem, hoje, à 9:51 da manhã.

Com a aprovação de 129 deputados e 125 contra, obteve a meia sanção do projeto que tira da clandestinidade uma prática médica que acaba com uma concepção, por diferentes razões, não desejada.

Durante as 22 horas que durou o debate, quase um milhão de pessoas, na sua maioria mulheres, agruparam-se nos arredores do Congresso agitando seus lenços verdes, símbolo desta luta.

Apesar das manifestações gigantes daqueles que se opunham ao projeto, realizas com a ajuda dos setores mais conservadores da igreja e a imprensa, ontem sua participação ficou reduzida a um pequeno grupo que não consegui visibilidade.

Politicamente correto no público, o governo tentou, no privado, e segundo algumas versões jornalísticas, comprar com viagens e vantagens os legisladores que votavam a favor do projeto para que mudassem seu voto. Mas, teve um problema quando membros da sua própria bancada, com argumentos sólidos, começaram a mostrar que votariam a favor.

Alguns legisladores que se tinham manifestado em contra da lei, durante a noite, estiveram pressionando membros da imprensa  para que fizessem uma forte campanha nas redes sociais com a finalidade de justificar seu voto em favor da mesma ao se acharem superados pela grande manifestação popular e a solidez dos argumentos que esgrimiram seus rivais. Essa demonstração de absoluta covardia, não é um dado pequeno: em algumas províncias, o poder da igreja e dos grupos conservadores é muito forte e estiveram realizando manifestações públicas com ameaças muito evidentes contra os deputado que estavam a favor da interrupção voluntária da gravidez. E essa pressão se transladará agora aos senadores, que representam as províncias.

A Câmara de Senadores, sempre atuou de tal modo que tem sido o muro de contenção que habilitou o Macri para conseguir as leis mais impopulares. É de se esperar que mais uma vez pressione os senadores a votar contra o projeto do aborto legal, seguro e gratuito, para transladar a derrota dessa lei à oposição e sair politicamente ileso.

A deputada pela província de Tucumán, Teresita Villvicencio, foi pressionada publicamente pelo bispo de sua província, porém, mostrou sua coragem na argumentação quando contou que, tendo sido policial, perseguindo mulheres que tinham abortado, encontrou a realidade num hospital: “Não imaginei que ia encontrar um médico comprometido com a realidade dessas mulheres. Perguntei a ele quem eram essas mulheres. Me respondeu se eu tinha a certeza de que ele ia me dar essa informação. Falei que sim, que era sua obrigação, não me respondeu nada. Limitou-se a me mostrar as roupas humildes que tinham deixado essas mulheres.  Pude sentir o cheiro da miséria, do abandono, pode sentir o odor do Estado ausente. Depois me perguntou se eu conhecia a realidade dessas mulheres, as circunstâncias que as levam a tomar essa decisão, o porquê de estarem no hospital. Se eu sabi que tinham feito abortos com agulhas, com sondas. Falei que não, porque na escola de polícia me formaram para perseguir um delito. A partir daí seguimos conversando sobre a falta de educação sexual, que hoje está sendo falada no recinto, várias províncias não tem educação sexual. Não podia falar. Mas, sim tinha uma certeza. Soube de que lado estaria de aí pra frente. A vida e os cidadãos me honraram com esta banca, que não é minha, é dessas quatro mulheres que nunca conheci. É desse médico que mudou meu olhar para sempre”. Esse é um dos testemunhos que expuseram uma realidade social crua, legal e sanitária, que permanecia oculta aos olhos de muitos cidadãos.

Hoje, sem dúvidas, é uma jornada histórica para o movimento feminista na Argentina e na região. A  hipocrisia de disfarçar como direito à vida a permanência do classismo, hoje se viu arrasada pela maré verde feminina que pariu uma lei necessária para evitar a injustiça social.

Tomara que os senadores tenham se aproximado às janelas do Congresso para ver esse nascimento e nos ajudem a seguir avançando.

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Aborto legal: la victoria histórica de los pañuelos verdes

Hace unos meses, Mauricio Macri habilitó el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, contando con que el polémico proyecto le serviría para invisibilizar la política exterior y económica que desarrollaría en esos días; y contando con la convicción de que la presión de la Iglesia católica y los grupos conservadores iban a impedir que avance.

Durante dos meses se habilitaron en el Congreso de la Nación, las voces de mujeres, médicos, sociólogos, curas, jóvenes, periodistas, etc. Toda la sociedad  se vio representada en esos discursos donde más de mil individuos opinaron para intentar aunar los distintos proyectos de ley.

Ayer, 13 de junio, el proyecto para legislar sobre la despenalización del aborto, se comenzó a tratar en la Cámara de diputados y se extendió durante toda la noche, arribando a la aprobación por un ajustado margen, hoy a las 9:51.

Con la aprobación de 129 diputados, y 125 en contra, obtuvo media sanción el proyecto que saca de la clandestinidad una práctica médica que pone fin a una concepción que por diferentes razones, no es deseada.

Durante las 22 horas que duró el debate, casi un millón de personas, en su mayoría mujeres, se agruparon en las inmediaciones del Congreso agitando sus pañuelos verdes, símbolo de esta lucha.

A pesar de las multitudinarias manifestaciones de quienes se oponían al proyecto, realizadas con la ayuda de los sectores más conservadores de la Iglesia y la prensa; ayer su participación quedó reducida a un grupo pequeño que no logró hacerse visible.

Políticamente correcto en lo público, el gobierno intentó, en privado y según algunas versiones periodísticas, comprar con viajes y prebendas a legisladores que votaban a favor para que cambien su voto. El problema lo tuvo cuando miembros de su propia bancada, con argumentos sólidos, empezaron a mostrar que votarían a favor.

Algunos legisladores que se habían manifestado en contra de la ley, durante la noche, estuvieron presionando a miembros de la prensa para que hagan una fuerte campaña en las redes sociales con el fin de justificar poder votar a favor de la misma, al verse sobrepasados por la gran manifestación popular y la solidez de los argumentos que esgrimieron sus rivales. Esta demostración de absoluta cobardía no es menor: en algunas provincias, el poder de la Iglesia y los grupos conservadores es muy fuerte y estuvieron realizando manifestaciones públicas con amenazas muy evidentes contra los diputados que estaban a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. Y esta presión se trasladará ahora a los senadores, que representan a las provincias.

La Cámara de Senadores siempre actuó de modo tal que ha sido para Macri el muro de contención que lo habilitó para obtener las leyes más impopulares. Es de esperar que una vez más, presione a los senadores a votar en contra del aborto legal, seguro y gratuito para trasladar la derrota de esta ley, a la oposición y así, salir políticamente indemne.

La diputada por la provincia de Tucumán Teresita Villavicencio fue presionada públicamente por el obispo de su provincia, sin embargo mostró su coraje en la argumentación cuando contó que habiendo sido policía, persiguiendo a mujeres que habían abortado, encontró la realidad en un hospital: “No imaginé que iba encontrar un médico comprometido con la realidad de esas mujeres. Le pregunté quiénes eran esas mujeres, que necesitaba esa información. Y él me respondió si yo tenía seguridad de que él me iba a dar esa información. Le dije que sí, que era su obligación, no me contestó nada. Se limitó a mostrarme las prendas humildes que habían quedado de esas mujeres. Pude sentir el olor a la miseria, al abandono, pude sentir el olor al Estado ausente. Después me preguntó si yo conocía la realidad de esas mujeres, las circunstancias que las llevan a tomar esa decisión así, por qué estaban en el hospital. Si sabía que se habían hecho abortos con agujas, con sondas. Le dije que no, porque en la escuela de policía me habían formado para perseguir un delito. A partir de ahí seguimos conversando sobre la falta de educación sexual, que hoy está en boga en el recinto, varias provincias no tienen educación sexual. No podía hablar. Pero sí tenía una certeza de en qué lugar estaría de ahí en más. La vida y los ciudadanos me honraron con esta banca, que no es mía, es de esas cuatro mujeres a las que nunca conocí. Es de ese médico que cambió mi mirada para siempre”. Este es uno de los testimonios que expusieron una cruda realidad social, legal, y sanitaria que permanecía oculta a los ojos de muchos ciudadanos.

Hoy, sin dudas, es una jornada histórica para el movimiento feminista en Argentina y en la región. La hipocresía de disfrazar como derecho a la vida la permanencia del clasismo hoy se vio arrasada por la marea verde femenina que ha parido una ley necesaria para evitar la injusticia social.

Ojalá los senadores se hayan asomado a la ventana del Congreso para ver ese nacimiento y nos ayuden a seguir avanzando.

Imagem: Natacha Pisarenko/Associated Press

Débora Mabaires é cronista e mora em Buenos Aires.

 

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