Por Ana Rosa Moreno, México, para Desacato.info.
Tradução: Elissandro Santana. (Esp./Port.)
Todo mexicano está indignado com as políticas racistas de Trump em relação aos nossos compatriotas. Nós condenamos a existência do muro na fronteira norte do México com os Estados Unidos e buscamos por todos os meios que o trabalho do imigrante mexicano do outro lado seja valorizado. No entanto, certa parcela da população junto com o governo mexicano é igual ou pior que Trump e seus aliados com imigrantes da América Central, aqueles que, quando passam pelo país, sofrem agressões, sequestros, abuso sexual, tráfico, exploração e até mesmo alguns desaparecem na jornada, e por serem grupos vulneráveis. Para eles a justiça é apenas uma palavra vazia e sem sentido.
Na semana passada, no sudeste do país mexicano, a Caravana de Refugiados de 2018 viajou com o objetivo de sensibilizar o povo mexicano para o sofrimento dos migrantes. É um caminho às vezes para os Estados Unidos e às vezes para o México.
A caravana foi convocada pela organização Povos Sem Fronteiras, iniciada em 25 de março em Tapachula, fronteira com a Guatemala, e assentada com mais de 1500 participantes, todos da América Central (80% são de Honduras e o restante,de El Salvador, Nicarágua e Guatemala, aderiu no caminho). Uma pequena parcela procura alcançar os Estados Unidos e outra tenta permanecer no México, à medida que foge da pobreza e da violência que assola seus países.
A caravana que acontece todos os anos desde 2010, passou por Oaxaca, Puebla e Cidade do México, sendo este o último destino, porque, no Twitter, o presidente dos EUA, Donald Trump, ameaçou a caravana com o envio da força naval por toda a fronteira ao sul, para evitar a passagem dos migrantes. Trump também criticou o papel das autoridades mexicanas em não pararem a caravana e também argumentou que os migrantes só buscam se aproveitar dos programas de assistência concedidos pelo país do norte.
Devido à posição violenta de Trump, a caravana na parada em Puebla buscou aconselhamento legal para saber sobre direitos e possibilidades de buscar refúgio no México ou nos Estados Unidos. Na Cidade do México a caravana desistiu de chegar à fronteira norte com os Estados Unidos.
O Instituto Nacional de Migração (INM), por sua vez, emitiu dois tipos de autorização de residência. Uma permissão temporária de 20 dias para aqueles que querem deixar o país e outra de 30 dias para aqueles que buscam e são candidatos para iniciar o pedido de refúgio no México, especialmente aqueles que viajam com crianças.
De acordo com dados fornecidos pelo governo mexicano, foram emitidos 230 vistos de trânsito e 168 para permanecer no México.
A organização palestina StopTheWall, juntamente com várias organizações mexicanas e americanas que compõem a delegação #MundoSinMuros, entregou uma carta de solidariedade à caravana de migrantes, destacando as conexões entre o povo centro-americano e o povo palestino. Ambos os povos enfrentam muros que limitam sua passagem e que ao mesmo tempo estão armados com tecnologia militar israelense. Ambos os povos estão oprimidos com as práticas e armas israelenses que violam seus direitos humanos.
O ativista binacional Irineo Mújica, que dirige a organização Povos Sem Fronteiras, argumenta que “a solução não é reprimir os migrantes; a solução é que (Trump) vá para o ‘Triângulo da Morte’ (o Triângulo Norte da América Central) e, em vez de lhes dar dinheiro, lhes dê uma bronca pela primeira vez.”.
Mas acredito que a pressão e a repreensão devem vir dos países que compõem as Américas para os governos de Honduras, Guatemala e El Salvador. Porque o governo estadunidense não está interessado na situação dos países que intervêm. E o México tem que colocar as baterias para absorver o número de migrantes que ficaram presos no país.
Del Sur al Norte, la caravana de inmigrantes centroamericanos en busca de refugio
Por Ana Rosa Moreno, México, para Desacato.info.
Todo mexicano se indigna por las políticas racistas de Trump hacia nuestros paisanos, Condenamos la existencia del muro en la frontera norte de México con Estados Unidos y buscamos por todos los medios que el trabajo del inmigrante mexicano del otro lado sea valorado. Sin embargo, cierta porción de la población junto con el gobierno de México es igual o peor que Trump y sus aliados con los inmigrantes centroamericanos, aquellas personas que cuando pasan por el país sufren asaltos, secuestros, abuso sexual, trata, explotación e incluso algunos desaparecen en el trayecto y por ser grupos vulnerables. Para ellos la justicia sólo es una palabra vacía sin significado.
La semana pasada por el sureste del país mexicano viajaba La caravana de refugiados 2018. Su objetivo se centró en sensibilizar al pueblo mexicano del calvario que sufren los inmigrantes es un camino a veces hacia Estados Unidos y a veces hacia México.
La caravana fue convocada por la organización Pueblos Sin Fronteras. Arrancó el 25 de marzo en Tapachula, frontera con Guatemala y se conformó con más de 1500 participantes, todos de Centroamérica (80% son de Honduras, y el resto, de El Salvador, Nicaragua y Guatemala, se ha unido en el camino). Una pequeña porción busca llegar a Estados Unidos y otra busca quedarse en México, ya que huyen de la pobreza y la violencia que azota en sus países.
La caravana, que se realiza cada año desde el 2010, pasó por Oaxaca, Puebla y Ciudad de México, siendo este su último destino, ya que por Twitter el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a la caravana con enviar a la fuerza naval por toda la frontera sur para evitar el paso de los migrantes. También Trump criticó el papel de las autoridades mexicanas por no detener a la caravana y también argumentó que los migrantes solo buscan aprovecharse de los programas de asistencia que otorga el país del Norte.
Debido a la postura violenta de Trump, la caravana en su parada por Puebla buscó asesorías legales para saber sobre sus derechos y las posibilidades de buscar refugio ya sea en México o en Estados Unidos. Y en Ciudad de México la caravana desistió de llegar a la frontera norte con Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración (INM), por su parte, emitió dos tipos de permiso de estancia. Un permiso transitorio por 20 días para quienes quieran salir del país y un permiso de 30 días para aquellos que buscan y sean candidatos a iniciar la solicitud de refugio en México, especialmente los que viajan con niños.
De acuerdo con datos otorgados por el gobierno mexicano se entregaron 230 visas de tránsito y 168 para permanecer en México.
La organización palestina StopTheWall, junto con varias organizaciones mexicanas y estadounidenses que conforman la delegación #MundoSinMuros, entregó una carta de solidaridad a la caravana de migrantes donde destacan las conexiones entre el pueblo centroamericano y el pueblo palestino. Ambos pueblos se enfrentan a muros que limitan su paso y que a la vez son armados con tecnología militar israelí y ambos pueblos son oprimidos con prácticas y armamento israelí que vulneran sus derechos humanos.
El activista binacional Irineo Mújica quien dirige la organización Pueblos sin Fronteras argumenta que “La solución no está en reprimir a los migrantes; la solución está en que (Trump) vaya al ‘Triángulo de la Muerte’ (el Triángulo Norte de Centroamérica) y en vez de darles dinero les dé una regañada por primera vez”.
Pero considero que la presión y el regaño deben venir de los países que conforman el continente americano a los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador. Porque al gobierno estadounidense no le interesa la situación de los países que interviene. Y a México le toca ponerse las pilas para absorber la cantidad de migrantes que se han quedado varados en el país.
Revisión: Tali Feld Gleiser, para Desacato.info.
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Ana Rosa Moreno é licenciada em Relações Internacionais e mora em Puebla, México.
