Redirecionado por Hugo Blanco.
Servindi, julio, 2010.- Compartimos la versión castellana de la Declaración de Redstone, elaborada por un grupo de filosofos indígenas ambientales sobre la crisis climático y lo que necesitamos hacer.
La declaración fue elaborada luego de una reunión celebrada en el pueblo de Redstone, en el estado de Oklahoma, Estados Unidos por personas venidas de todos los continentes.
Declaración de Redstone
“Déjennos un futuro!”
Nosotros filósofos ambientales indígenas llegamos de las cuatro esquinas del mundo a Redstone, Oklahoma para hablar del futuro de nuestro planeta.
La filosofía ambiental indígena reconoce y respeta una conexión mutuamente solidaria de entidades físicas y espirituales que une el pasado ancestral con el futuro distante. La visión de nuestros pueblos indígenas es alcanzar el bienestar espiritual y material por la acción consciente. La Madre Tierra es un Ser Vivo, dinámico con valor inherente y sus principios deben ser encarnados activamente para permanecer en armonía y equilibrio.
Hoy, estamos en un punto donde la humanidad está en el peligro de ser eliminada de los ciclos de nuestro planeta. Traemos este mensaje urgente en respuesta a las mujeres Indígenas, juventud y niños de alrededor del mundo que nos han pedido constantemente que les dejemos un planeta más equilibrado.
Venimos como individuos de culturas donde nuestras autoridades se basan en nuestras relaciones únicas con la naturaleza y el ambiente. Nuestros modos de vivir y existencia son amenazados por la resistencia de las naciones a incluir nuestras instituciones en las soluciones que pueden salvar nuestro planeta. Por eso, publicamos esta llamada al mundo.
Los conflictos ambientales, sociales, económicos, y políticos sobre los recursos naturales y los derechos de acceso; las preocupaciones del cambio climático, y otras cuestiones significativas que amenazan a las comunidades internacionales y locales no emergieron recientemente. Son resultado del proceso histórico que hoy afecta cada área de la creación.
Las estructuras espirituales, culturales, sociales, económicas, y políticas perdieron sus uniones comunitarias y ahora se concentran exclusivamente en el individuo. El mundo se movió de la concentración comunitaria al predominio del individuo, causando un desequilibrio ambiental peligroso con consecuencias significativas en la salud y en lo espiritual. El equilibrio debe ser restaurado para curar la tierra, y esto debe incluir la participación de todas las razas, géneros y culturas.
Los planes necesarios y eficaces para restaurar el equilibrio incluyen la realización de lo siguiente:
1. Reconocimiento de la interdependencia de todas las cosas;
2. Libre autodeterminación indígena;
3. La preservación de tierra, aire, agua, territorio, y recursos indígenas.
4. Protección y preservación del conocimiento, estilos de vida, lenguas, culturas, sitios sagrados, y tradiciones orales indígenas;
5. Autoridad indígena sobre todas las acciones que afectan las comunidades indígenas;
6. Respeto y protección de las agriculturas tradicionales y los recursos genéticos;
7. Soberanía y seguridad alimentaria;
8. Derechos de movimiento, de acceso, de participación y comunicación en el intercambio de conocimiento ambiental y cultural.
Debemos asegurar la prosperidad de la humanidad y de la naturaleza. Eso requiere una unificación de la gente diversa que está abierta a nuevas ideas; de la gente sabia, clara, y profundamente humana; Gente que puede superar los límites impuestos en sus mentes, que buscan en su conciencia y espíritu las soluciones.
Todos los gobiernos, las comunidades, los líderes, los individuos, las industrias, y las corporaciones debemos actuar juntos inmediatamente para restablecer el equilibrio que es esencial para la existencia.
Pedimos una revisión de las prácticas comerciales existentes y fin a la explotación y la degradación de los recursos naturales a favor de todas las generaciones que vengan. También pedimos que una parte de las ganancias de las empresas sea invertida en el desarrollo de recursos de energía renovables.
Como filósofos ambientales indígenas, respiramos vida en esta declaración y nos comprometemos a la realización de las disposiciones contenidas en ella.
1 de Mayo de 2010