Dois farsantes


Por Narciso Isa Conde.

Leonel y Obama son dos estafas políticas, evidenciadas en tiempos diferentes: una ya hace mucho y la otra mas reciente.

Ambos farsantes se juntaron en Washington para hablar, entre otras cosas, de la narco-delincuencia y proclamar su “firme” decisión de “enfrentarla”

El plato principal de esa mesa fue la simulación.

Obama, por más que hable de eso, encabeza la nación-mercado de drogas mas grande del mundo, cuya política de Estado no toca a los cárteles internos, solo actúa sobre la oferta sureña para regular el mercado, alienta el lavado de dinero sucio en sus bancos (como forma de enriquecimiento y capitalización), tiene sus cárteles preferidos, se asocia con ellos en políticas contra-insurgentes y usa el estímulo al consumo como medios de alineación de su juventud.

Leonel encabeza un Narco-Estado caribeño en el que como él mismo dice la narco-corrupción se ha “desbordado”.

Pero lo cierto es que estas porquerías se “desbordan” cuando llegan a las alturas y eso ha pasado en República Dominicana.

Las evidencias sobran en casos muy relevantes:

–          El cártel Quirino estuvo asociado a generales de Leonel y de Hipólito, a ministros y a empresarios muy próximos a la Presidencia de la República.

–          En la mascare-“tumbe” de Paya-Baní estuvo involucrada la alta jerarquía de la Marina de Guerra y a esferas policiales protegidas por el presidente Fernández.

–          El cártel Figueroa Agosto, afectado por otro “tumbe” de procedencia policial, estuvo asociado a oficiales de la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), la DNCD, la DEA, la Policía Nacional y la Fuerza Aérea, y a uno de los ministros mas corrompidos y protegidos del gabinete que preside Leonel Fernández.

–          El cártel del capo-empresario español Arturo del Tiempo Márquez, detenido en su tierra natal, no ha podido esconder sus vínculos con un ex-embajador de Colombia, con altas esferas de la Policía Nacional,  la DNCD y el gobierno civil. Incluso es pública la audiencia que le concediera el Presidente de la República y su nombramiento como oficial honorífico de la Policía Nacional.

El Narco-Gobierno peledeísta, con fuertes señales de colombianización, está a la vista.

Es claro pues, que ni Obama ni Leonel califican para emprender una lucha eficaz contra los narcos-mafias y hay que decir que la Cumbre sobre el tema (que tendría su sede aquí), como aquella que tuvo a Uribe como vedette, será otra farsa colosal.

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