Por Orlando Balbás.
Son muy diversos y polémicos los argumentos con los cuales se interpretan las circunstancias y los protagonistas del Movimiento que deponen a las autoridades españolas. El 19 de abril de 1810, se desarrolló como un fenómeno político inédito en la Provincia de Venezuela y opinar sobre ello, es generar el debate enriquecedor, por lo tanto, es muy sano fijar posición al respecto. Entiendo que existen infinidades de libros, revistas y artículos al respecto y precisamente vale la pena correr el riesgo de hablar de este hecho que es de gran trascendencia. Prácticamente, se obligó al Capitán Vicente Emparan (representante del rey de España), a renunciar. Se conocen varias afirmaciones con criterios de afianzamiento del hecho histórico. Por ejemplo, el 19 de abril de 1810, es un movimiento que inicia la independencia de Venezuela. Aquí se desconocen los anteriores intentos rebeldes y revolucionarios por cambiar la sociedad, como el levantamiento de José Leonardo Chirinos en contra de la esclavitud en el año 1795, la conspiración de Manuel Gual y José María España en 1797 y los dos intentos de desembarco de Francisco de Miranda en 1806, para iniciar la guerra por la independencia y expulsar al gobierno de España del territorio venezolano. En consecuencia, el movimiento del 19 de abril de 1810, es producto de toda una oleada consecutiva de expresiones de rebeldía, incluyendo la de los negros en el siglo XVI, como la del negro Miguel y otros que contribuyeron a organizar las guerrillas de cimarrones fugados de las haciendas de sus amos. Se debe tomar en cuenta que la población aborigen de América fue disminuyendo acelerada y abruptamente, producto de la explotación en el trabajo forzado de minerías, extracción de perlas y maltratos físicos a que eran sometidos. Esta realidad, obligó a los españoles a utilizar mano de obra esclava traída de África (Guinea, El Congo, Angola, Costa de Marfil), donde compañías de varios países europeos como Inglaterra, Portugal, Holanda y Alemania, destruían las comunidades nativas y secuestraban a jóvenes, mujeres, niños y ancianos para traerlos como mercancía tratándolos como bestias y muriendo durante el trayecto del viaje miles de ellos. Se generó un sincretismo étnico-cultural que produjo entonces, una estructura social de castas, proyectándola a las instituciones en el campo militar, religioso y económico. Esta era la sociedad colonial a transformar, donde mas de la mitad de la población la constituía los pardos, negros e indios, pero dominada y dirigida por los blancos criollos y peninsulares. Otro criterio sobre ese movimiento es que se hizo en defensa del rey de España y los intereses de los blancos criollos. Se niega la participación de los pardos en la conspiración contra Emparan. Para 1810, el ejército estaba compuesto por batallones de pardos y batallones de blancos en Aragua, Valencia y Caracas. En el momento del llamado que le hace Francisco Salias al Capitán general Vicente Emparan que regrese a Cabildo, el oficial Luis Ponce y el Capitán de los pardos Pedro Arévalo, no accionan la tropa de granaderos y permiten que se desarrolle el movimiento conspirativo en el Cabildo para destituir a las máximas autoridades de España. Lo que indica que todo era un plan concebido entre civiles y militares contra el imperio español que estaba en una gran crisis por la invasión francesa al reino de España y por la abdicación del rey. Fue un golpe de estado, planificado y concertado entre jóvenes revolucionarios pardos y blancos civiles y de las fuerzas armadas.
