Por Koldo Campos Sagaseta.
Esa era el nombre que, años atrás, encabezaba en algunos medios de comunicación las noticias insólitas que, por su carácter, no cabían en ninguna sección del periódico y que, generalmente, acompañaban el crucigrama o la cartelera.
De un tiempo a esta parte, sin embargo, como otro síntoma más de lo que ha cambiado el mundo y el periodismo, aquellas insólitas crónicas se han vuelto tan constantes, tan comunes, que han terminado por desbordar la sección que les sirviera de refugio e, incontenibles, se desparraman gozosas por todas las secciones sin respetar prestigios ni linajes, avasallándolo todo. Hasta en las portadas empieza a ser habitual encontrarte con ellas.
En estos días, por ejemplo, nos hemos enterado de que en Estados Unidos una camarera negra de origen africano asaltó en el hotel en el que trabajaba a un sexagenario trabajador francés que, por motivos laborales, se encontraba alojado en ese establecimiento, y sin que el pobre hombre pudiera evitarlo, además de algunas contusiones, le infirió una felación de la que, afortunadamente, el hombre pudo recuperarse ya que, en un descuido de la violadora, logró escapar de la habitación y del hotel y ponerse a salvo en un avión. Increíblemente, por no ofrecer su testimonio credibilidad alguna, la querella presentada por el trabajador francés contra la violadora no ha prosperado y la camarera ha sido descargada quedando en libertad.
Casi en los mismos días, un anciano que asegura ser el representante de Dios en la Tierra y que se hace llamar Benedicto XVI, denunció públicamente que “hay algunos hombres que se creen Dios”.
Y en las mismas fechas, el segundo entrenador del Barcelona CF, Tito Villanoba, agredió con su ojo izquierdo el dedo anular de la mano derecha de José Mouriño, entrenador del Real Madrid, luego de que el portugués estuviera a punto de ser agredido por el jugador catalán Cesc quien, desde el suelo, hizo ademán con su cabeza de pisar el pie derecho del técnico madridista.
Sólo de insólito puede calificarse el hecho de que una jueza de Florida haya condenado al Estado cubano a indemnizar con 1.940 millones de dólares al ganster Gustavo Villoldo por haber supuestamente expropiado bienes a su familia y hasta haber pretendido matarlo. Villoldo, de origen cubano, fue miembro del ejército de los Estados Unidos y agente de la CIA y, entre otros desmanes y atentados, participó en la captura y asesinato de Che Guevara de quien llegó a subastar y vender un mechón de pelo por 69 mil dólares a un acaudalado tejano.
E insólito es que sesenta y tres años después de que Naciones Unidas dividiera Palestina en dos y aprobara la constitución de los estados israelí y palestino, la ministra española de Asuntos Exteriores haya declarado que “es hora de reconocer el estado palestino”. Podrá parecer un tanto tardía la declaración dado que todos los años que tiene como estado Israel son los que lleva Palestina esperando que se cumpla aquella vieja resolución, pero irrespetar resoluciones de Naciones Unidas es una vieja e impune tradición israelí, y haber perdido la memoria una sana costumbre española. Cualquier día la ministra nos sorprende con otra nueva luminosa idea: “Es hora de reconocer el estado saharaui”.
El Caribe ha desaparecido. Esa es al menos la insólita conclusión a la que uno llega luego de escuchar en algunos canales de televisión el peligro que entraña el huracán Irene. Con excepción de Puerto Rico, a la que se alude para resaltar las consecuencias que el fenómeno natural dejó a su paso por la isla, la siguiente preocupación para el periodista es la próxima llegada de “Irene” a las costas estadounidenses. Desaparecieron del mapa República Dominicana, Haití, Bahamas… Hasta hace poco, a esos países caribeños les quedaba el consuelo de convertirse en noticia cada vez que un huracán o un terremoto se tropezaba con ellos. Ya ni eso.
Y porque también en la sección de Económicas las noticias “insólitas” se han multiplicado, de insólito puede definirse la ley por la que en el Estado español, la edad para el contrato de formación se va a ampliar hasta los ¡30! Años. Cada vez van a ser más frecuentes los anuncios de prensa solicitando “aprendiz con experiencia”.
Y mira por donde, el prestigioso Royal Bank of Scotland, que recientemente era intervenido para ponerlo a flote con dinero público y que se dispone a despedir a 2 mil trabajadores por aquello de la crisis, anda pagando salarios de hasta medio millón de euros al año y no precisamente al gerente y corte ejecutiva para los que se supone mayores dispendios.
A este paso, la única posible noticia que va a tener derecho y sentido para figurar en mayúsculas en la olvidada sección de “Mundo Insólito”, será esa que hable de un pueblo, absolutamente indignado, harto de tantos impunes ladrones, ensacados delincuentes y demás canallas, que en un gesto de suprema lucidez, comienza, por fin, a repartir patadas.
Por cierto, paradojas del insólito mundo, en Chile, los maestros son los estudiantes, los únicos en aquel manicomio por acciones que no han perdido la razón.