Molha o dedo no tinteiro: Chester Swann.
Por Celso Brizuela.
Los humedales ?mal llamados “pantanos” y declarados zonas insalubres?, son en realidad acumuladores y purificadores de aguas pluvials y alimentadores de los acuíferos subterráneos, sufren hoy la agresión descontrolada de la nconsciencia humana. Arroceros, ganaderos y otros empre-saurios de la imbecivilización los están canalizando y secando ante la indiferencia criminal de las autoridades ambientales nacionales.
El Acuífero Guaraní, una de las reservas más grandes de agua dulce, es alimentado por varios humedales: en el Chaco, el Estero Patiño, en el sur, el Estero Cambá, en el departamento central, los humedales de Ypoá, Estero Espinoza, la cuenca del la go Ypakaraí y el río Salado, hacia Nueva Asunción del Tarumandy, sólo en el Paraguay. Estos humedales lacunares además sustentan una asombrosa biodiversidad de peces, pájaros, insectos y flora anfibia.
El haber hecho pasantía en el Club de Astrofísica del Paraguay (más como artista pintor de paisajes siderales) me llevó a interesarme por La Vida, ese mlagro de la energía y la materia que tiene más de 14.000-000.000 (¡Sí, catorce mil milones de años de evolución en la tierra!) de años en nuestro planeta, desde los seres unicelulares hasta los organismos complejos de los mamíferos.
Todos los seres vivientes cumplen una importante función en el equilibrio biológico, cuyos principales nutrientes son el agua y el oxígeno ? Todos, desde los nematodos a los humanos?, integran una cadena inseparable entre la tierra, el aire y el agua. Una cadena cuyos eslabones son muy delicados y cuya ruptura podría acabar con TODOS los seres vivos a mediano y largo plazo.
Varios humedales y manglares ya han desaparecido, originando desastres ecológicos aparentemente imperceptibles, sólo porque afectan a vegetales y animales, pero que a la larga nos afectarán a todos.
Loa humedales NO deberían ser privatizados y sí ser declarados patrimonio nacional y de la humanidad; pero la angurria cortoplacista de los imbecivilizados parece eludir la grave responsabilidad de la conservación sustentable del medio ambiente,
El inmenso Pantanal de Mato Grosso y ls esteros correntinos del Yverá, si bien se cría ganado en ellos, no han sufrido la agresión de los nuestros. Claro, ellos cuidan celosamente sus recursos no renovables y debemos recordar que nestro río epónimo… nace en ese Pantanal.
Si permitimos a los ganaderos, “productores agrícolas” y especuladores inmobiliarios desecar los humedales, Paraguay será un desierto yermo en menos de cincuenta años. Todo por la acumulación de riqueza de unos pocos devotos del vil metal.
¿O la destrucción del Paraguay forma parte de un plan?