Um Kennedy com a Venezuela bolivariana

Por Roberto Quesada.

Los sucesos violentos emprendidos por la ultraderecha en Venezuela, el pasado miércoles 13 de febrero del 2014, que tiene como saldo tres personas asesinadas y casi 70 heridas, deben de ser motivo no solo de preocupación sino de alzar la voz de condena, no solo por Venezuela sino por América Latina.

No necesariamente tiene que pertenecer o tener afinidad con la izquierda o socialismo, simplemente quien posea un poco de nacionalismo, que se traduce como algo de amor por su respectiva patria en América Latina o que esté favor de la Patria Grande Latinoamericana, la íntegra, integrada.

Sin duda que en contra de Venezuela se está tratando de aplicar el mismo guion que en Libia y otros países con la llamada “Primavera árabe”, que en verdad no han sido revoluciones ideológicas sino que los llamados “rebeldes”, en su mayoría son mercenarios locales y extranjeros, y otros que por incautos han sido enajenados por la media.

Si nos vemos en el espejo de lo sucedido en esa región del mundo, tenemos que alarmarnos en América Latina, estar alertas, ojo avizor, pocas veces ha estado América Latina en este auge contemporáneo de integración y caminando a buen ritmo el intento de sanear sus economías con el propósito de los recursos, riquezas de la región por sin llegan a donde casi nunca han llegado, a los pueblos. Y no debemos quedarnos de brazos cruzados ante la pretensión de incendiar el “subcontinente”.

También desde los Estados Unidos, los buenos “gringos” y “gringas”, que los hay mucho más de lo que se piensa, se han solidarizado con Venezuela y América Latina en general: Oliver Stone, Seann Penn, el ex fiscal general Ramsey Clark, entre los célebres, y activistas como Teresa Rodríguez y Heather Cottin del International Action Center.

En las misas realizadas en Nueva York durante la convalecencia del presidente Hugo Chávez, entre la masiva asistencia, siempre hubo bastantes estadounidenses. Y en el homenaje póstumo, estuvo presente y dirigió palabras de solidaridad, el ex congresista Josep Kennedy II, hijo de Robert F. Kennedy y sobrino de John F. Kennedy, con quien tuve oportunidad de intercambiar algunas palabras y evidenciaba su alegría y emoción de estar solidario con Latinoamérica.

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Ex congresista Josep Kennedy II, hijo de Robert F. Kennedy y sobrino de John F. Kennedy y el escritor Roberto Quesada.

Esto demuestra la que solidaridad con Venezuela y América Latina la hay a todo nivel, pese a la satanización de la minoría pero económicamente poderosa y humanamente pobre, ala fascista del mundo. Ante esta nueva arremetida contra Venezuela, es un deber humano, sin fronteras y sin color, decir: Todos somos Venezuela.

Chavez

Nueva York NY 14 febrero 2014

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