Terrorista louro de olhos azuis

Por Frei Betto.

Preconceitos, como mentiras, nascem da falta de informação(ignorância) e excesso de repetição. Se pais de uma criança branca se referem em termos pejorativos a negros e indígenas, judeus e homossexuais, dificilmente a criança, quando adulta, escapará do preconceito.

A mídia usamericana incutiu no Ocidente o sofisma de quetodo muçulmano é um terrorista em potencial. O que induziu o papa Bento XVI acometer a gafe de declarar, na Alemanha, que o Islã é originariamente violento e, em sua primeira visita aos EUA, comparecer a uma sinagoga sem o cuidado de repetir o gesto numa mesquita.

Em qualquer aeroporto de países desenvolvidos um passageiro em trajes islâmicos ou cujos traços fisionômicos lembrem um saudita, com certeza será parado e meticulosamente revistado. Ali reside o perigo… alerta o preconceito infundido.

Ora, o terrorismo não foi inventado pelos fundamentalistas islâmicos. Dele foram vítimas os árabes atacados pelas Cruzadas e os 70 milhões de indígenas mortos na América Latina, no decorrer do século 16, em decorrência da colonização ibérica.

O maior atentado terrorista da história não foi a queda, em Nova York, das torres gêmeas, há 10 anos, e que causou a morte de 3 mil pessoas.Foi o praticado pelo governo dos EUA: as bombas atômicas em Hiroshima e Nagasaki, em agosto de 1945. Morreram 242.437 mil civis, sem contar as mortes posteriores por efeito da contaminação.

Súbito, a pacata Noruega – tão pacata que, anualmente, concede o Prêmio Nobel da Paz – vê-se palco de dois atentados terroristas que deixam dezenas de mortos e muitos feridos. A imagem bucólica do país escandinavo é apenas aparente. Tropas norueguesas também intervêm no Afeganistão e deram apoio aos EUA na guerra do Iraque.

Tão logo a notícia correu mundo, a suspeita recaiu sobre os islâmicos. O duplo atentado, no gabinete do primeiro-ministro e na ilha de Utoeya, teria sido um revide ao assassinato de Bin Laden e às caricaturas de Maomé publicadas pela imprensa escandinava. O preconceito estava entranhado na lógica ocidental.

A verdade, ao vir à tona, constrangeu os preconceituosos. O autor do hediondo crime foi o jovem norueguês Anders Behring Breivik, 32 anos,branco, louro, de olhos azuis, adepto da fisicultura e dono de uma fazenda deprodutos orgânicos. O tipo do sujeito que jamais levantaria suspeitas na alfândega dos EUA. Ele “é dos nossos”, diriam os policiais condicionados a suspeitar de quem não tem a pele suficientemente clara nem olhos azuis ou verdes.

Democracia é diversidade de opiniões. Mas o que o Ocidente sabe do conceito de terrorismo na cabeça de um vietnamita, iraquiano ou afegão?O que pensa um líbio sujeito a ser atingido por um míssil atirado pela OTAN sobre a população civil de seu país, como denunciou o núncio apostólico em Trípoli?

Anders é um típico escandinavo. Tem a aparência de príncipe.E alma de viking. É o que a mídia e a educação deveriam se perguntar: o que estamos incutindo na cabeça das pessoas? Ambições ou valores? Preconceitos ou princípios? Egocentrismo ou ética?

O ser humano é a alma que carrega. Amy Winehouse tinha apenas 27 anos, sucesso mundial como compositora e intérprete, e uma fortuna incalculável. Nada disso a fez uma mulher feliz. O que não encontrou em si ela buscou nas drogas e no álcool. Morreu prematuramente, solitária, em casa.

O que esperar de uma sociedade em que, entre cada 10 filmes,8 exaltam a violência; o pai abraça o filho em público e os dois são agredidos como homossexuais; o motorista de um Porsche se choca a 150km por hora com uma jovem advogada que perece no acidente e ele continua solto; o político fica indignado com o bandido que assaltou a filha dele e, no entanto, mete a mão no dinheiro público e ainda estranha ao ser demitido?

Enquanto a diferença gerar divergência permaneceremos na pré-história do projeto civilizatório verdadeiramente humano.

[Frei Betto é escritor, autor, em parceria com Marcelo Gleiser e Waldemar Falcão, de “Conversa sobre a fé e a ciência” (Agir), entre outros livros. http://www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.

El terrorista rubio de ojos azules

 

Por Frei Betto.

Los prejuicios, como las mentiras, nacen de la falta de información (ignorancia) y el exceso de repetición. Si los padres de un niño blanco se refieren en términos peyorativos a negros e indígenas, a judíos y homosexuales, difícilmente el niño, cuando sea adulto, se librará del prejuicio.

Los medios usamericanos inyectaron en Occidente el sofisma de que todo musulmán es un terrorista en potencia. Lo que indujo al papa Benedicto 16 a cometer la pifia de declarar, en Alemania, que el Islam es originariamente violento y, en su primera visita a los Estados Unidos, a visitar una sinagoga sin tener el cuidado de repetir el mismo gesto en una mezquita.

En cualquier aeropuerto de los países desarrollados un pasajero con ropa islámica o cuyo perfil fisonómico recuerde a un saudita, seguro que es apartado y meticulosamente revisado. Ahí está el peligro… nos dice el prejuicio que se nos metió.

Sin embargo el terrorismo no ha sido inventado por los fundamentalistas islámicos. De él han sido víctimas los árabes atacados por las Cruzadas y los 70 millones de indígenas muertos en América Latina en el transcurso del siglo 16, a causa de la colonización ibérica.

El mayor atentado terrorista de la historia no fue el perpetrado contra las torres gemelas de Nueva York hace diez años, y que causó la muerte de tres mil personas. Fue el practicado por el gobierno de los EE.UU.: las bombas atómicas lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Murieron 242.437 civiles, sin contar las muertes posteriores por efecto de la contaminación.

De repente la edificante Noruega -tan edificante que concede anualmente el premio Nobel de la Paz- se ve como escenario de dos atentados terroristas que han dejado decenas de muertos y muchos heridos. La imagen bucólica del país escandinavo es sólo aparente. Tropas noruegas también intervienen en Afganistán y han dado apoyo a los EE.UU. en la guerra de Iraq.

Tan pronto como dicha noticia recorrió el mundo, la sospecha recayó sobre los islamistas. El doble atentado -contra la oficina del primer ministro y en la isla de Utoeya- habría sido una réplica por el asesinato de Bin Laden y por las caricaturas de Mahoma publicadas por la prensa escandinava. El prejuicio funcionó como coherente en la lógica occidental.

La verdad, al ser conocida, desarboló a los prejuiciados. El autor de tan horrible crimen fue el joven noruego Anders Behring Breivik, de 32 años, blanco, rubio, de ojos azules, adepto al fisioculturismo y dueño de una granja de productos orgánicos. El tipo de sujeto que jamás levantaría sospechas en una aduana de los EE.UU. Él “es de los nuestros”, dirían los policías acostumbrados a sospechar de quien no tiene la piel suficientemente clara ni los ojos azules o verdes.

Democracia es la diversidad de opiniones. ¿Pero qué sabe Occidente del concepto de terrorismo que tienen en su cabeza un vietnamita, un iraquí o un afgano? ¿O lo que piensa un libio expuesto a ser alcanzado por una bomba tirada por la OTAN sobre la población civil de su país, como denunció el nuncio apostólico en Trípoli?

Anders es un típico escandinavo. Tiene la apariencia de un príncipe. Y alma de vikingo. Es lo que los medios y la educación debieran preguntarse: ¿Qué estamos metiendo en la cabeza de las personas? ¿ambiciones o valores? ¿prejuicios o principios? ¿egocentrismo o ética?

El ser humano es el alma que lleva a cuestas. Amy Winehouse tenía apenas 27 años, éxito mundial como compositora e intérprete, y una fortuna incalculable. Nada de todo ello le sirvió para ser una mujer feliz. Lo que no encontró en sí misma lo buscó en las drogas y en el alcohol. Murió prematuramente, solitaria, en su casa.

¿Qué se puede esperar de una sociedad en la que, de cada diez películas, 8 exaltan la violencia; el padre abraza a su hijo en público y ambos son agredidos como homosexuales; el conductor de un Porsche choca a 150 k/h con una joven abogada que perece en el accidente y él continúa libre; el político se indigna con el malhechor que asaltó a su hija y, por su parte, mete mano al dinero público y se extraña de que sea expulsado?

Mientras que la diferencia genere divergencia permaneceremos en la prehistoria del proyecto civilizatorio verdaderamente humano.

[Frei Betto es escritor, autor de “Conversación sobre la fe y la ciencia”, junto con Marcelo Gleiser y Waldemar Falcão, entre otros libros. . http://www.freibetto.org twitter:@freibetto.

Imagem tomada de: emporiumdeideias.blogspot.com

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