Ricky Martin… perdona eles

 

Por Roberto Quesada.

“Eu não vim matar ninguém, eu vim morrer pelo Puerto Rico!.”

Lolita Lebrón.

Hey Ricky, hoy me voy a meter en problemas por tu culpa pero también te voy a decir tus verdades. Mirá, mientras esto escribo escucho repetidas veces La vida loca, y mi hijo, Robertito, de seis años, no te conocía pero frente a la compu está ya bailando, y le encanta tu estilo. ¿Sabés sobre todo por qué?  Porque mencionas allí su ciudad: New York City.

Es tan estúpido el problema que se ha presentado en Honduras sobre tu presentación, hoy leí en el Diario, de Nueva York, que no nos echás a todos en el mismo costal. Y lo mal que te sientes que esa gente haya tratado de vetar tu entrada al país. Como te cuento antes, hoy solo estoy con Robertito, de seis años en casa, así que puedo escribir con toda libertad. Ya lo llevaré a Puerto Rico a jugar con tus hijos.

Muchas de estas evangélicas (y católicas también) recalcitrantes, mujeres de ministros, de vices, diplomáticos, de abogados y de todos estos señores “ocupados” se han acostado con mis amigos. Eran escritores jóvenes, intelectuales y totalmente ereccionales (como seguimos siendo, valga el anuncio). Y a veces nos tocó rezar con alguna de ellas en el cuarto del hotel para pedirle perdón a Dios y al marido. ¿Te imaginás esa humillación de un recién eyaculado?

Esto no fue sólo en Honduras Ricky sino que algunas se inventaban viajes para encontrarnos en otros países… Digámoslo así: vivíamos la vida loca. Y te voy a confesar algo, estas mujeres muy metidas en religión son mejor que cualquier camarera, mesera, prosti, o lo que tú quieras. Como que andan el diablo metido y cuando encuentran un genio que se los saque (¿o meta?) es una vibración casi nuclear. Te lo digo por experiencia.

Ahora Ricky, aquí viene algo muy importante, yo no te vi a vos protestar por Vieques, a pesar de que tu compañero y tus hijos viven en Puerto Rico. Y tu mamá, acordarte, tu viejita. Ese es el lado oscuro tuyo y de otros artistas, que quieras o no, le siguen bien el juego al status quo aunque sea fascista. Allí está Juanes que canceló conciertos porque no tenía el público que según el requería. Aquí en Nueva York canceló Luis Miguel histérico porque no se llenó el  Madison Square Garden. Es un mundo cambiante Ricky, y ustedes ofrecen y brindan un espectáculo sin pensamiento… por supuesto que entre más piense la gente más se hunden ustedes los del espectáculo blanco, frío, indescifrable.

Honduras es un experimento de cómo quisieran ver otros el mundo, y ya ves Ricky, tu caes en esa ola… es la Honduras del golpe de Estado (¿te pronunciaste en contra?), la de muertes extrajudiciales, la famosa por el asesinado de gays, trasvestis y etc… pero LGTB no ha salido a defenderte, que debería de estar en las calles de Honduras, preguntante, ¿por qué? Porque quizá entienden que tú le haces el juego al sistema  y el rickito de Ricky es intergaláctico, no está en este planeta, no le duelen sus males, no los padece… y pasas a ser un bonito bailarín y cantante sin pena ni gloria…y sin isla. Allí anda Shakira oxigenada, descolombianizada, ¿y tú crees que eso a esta nueva América Latina que sí piensa le interesa? No, Ricky, como diría Facundo Cabral: Se acabó la fiesta de los pendejos. No te quedes atrasado en la historia.

Ricky, en este momento me llama el periodista Andrés Thomas Conteris, y le cuento que estoy escribiendo sobre ti y me pregunta: “¿Qué ha hecho Ricky Martin por una Latinoamérica libre”. Pues mi respuesta es sincera: “Nada, absolutamente nada, ni siquiera por Puerto Rico, él es un feliz colonizado”. Y entonces pienso yo que Ricky, que ama tanto el teatro ha de conocer aquel poema del alemán Bertol Brecht: “Primero se llevaron a un gay/pero no me importó porque yo no soy gay…”

La primera vez que nos vimos con Ricky fue en Broadway, cuando él protagonizaba un personaje de la novela Los miserables, de Victor Hugo. Allí fui con un grupo de puertorriqueños a saludarlo, no era tan famoso. Años después nos vimos en un baño de las Naciones Unidas en Nueva York (lamenté no tener una copia de mi novela Big Banana para obsequiársela, pues allí tengo a Casagrande, el mejor gay viviendo en los Estados Unidos), pero él estaba feliz, riéndose, contento de estar con un escritor hondureño. Y, claro, hablamos un poco de la gente intelectual más sobresaliente de Puerto Rico. Por eso puedo asegurarles que Ricky no es ningún tonto.

Esta experiencia de la censura de una persona tan bella, espiritualmente, como Ricky Martin, debe servirnos a los hondureños. Ese montón de chistes, aun en los medios llamados resistentes, no abona en nada, se proclama machista el país y se justifica la violencia y asesinatos con las y los compatriotas que tengan otra opción sexual.

Quisiera preguntarles a estas viejas y viejos evangélicos que han hecho esa campaña contra Ricky Martin, si hicieron lo mismo contra el golpe de Estado, algo que es de asesinos, mediocres y que están contra la vida. No, por el contrario, apoyaron tanta maldad. No jodan dejen a Ricky cantar.

Una vez yo traté de hacerme el inteligente con Leonardo Favio, y le dije que Michael Jackson era enajenante, etc. Y Favio me respondió: “Yo no me atrevería a decir tanto, otros dan muerte, tortura, desaparecidos…y Michael solo da canciones…” Gran lección la que aprendí.

Heyyyy Ricky mándame un correo para calmar a mi mujer, Lucy, con esa confesión que hice de que me acosté con las mujeres de estos evangélicos, ministros y otras hierbas, es la verdad…Estoy en problemas Ricky!!!

Nueva York 09/10/2011
[email protected]

Na foto: Ricky Martin em Honduras

DEIXE UMA RESPOSTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

Esse site utiliza o Akismet para reduzir spam. Aprenda como seus dados de comentários são processados.