Dominicana: Acordo Barrick-Governo

medina
Foto: Romelio Montero

Tiene mucho de burla.

Este acuerdo al parecer tiene bastante de burla frente a lo que ha sido la lucha  y los reclamos de este pueblo en ese trascendente tema.

Luce centrado en la obtención de más ingresos para el Gobierno, mientras se le garantiza a la Barrick no solo enormes beneficios, sino todas las perversidades del contrato.

El Gobierno dice que del 2013 al 20016 recibirá 2,200 millones de dólares en lugar de 377 millones, es decir 6 veces más que antes. Eso equivale a menos de 700 millones de dólares anuales, lo que no da ni para compensar la estafa eléctrica de los generadores privados de energía; estafa que el Gobierno ha dejado intacta y creciendo.

Habla incluso de un 51.3% de las ganancias. Antes había dicho que la proporción leonina era 97% la Barrick y 3% el Gobierno, pero resulta que si solo va a recibir seis veces más que antes, eso equivaldría solo a un 18%. Esas cifras no cuadran y todo se presenta tan enredado que en realidad no está claro lo que logró, aunque si el empeño de abultarlo publicitariamente, generando un coro mediático a su favor.

Obsérvese que el Presidente Medina dejó a un lado un hecho grave: la Barrick invirtió prestándose a sí misma con la garantía de la mina, lo que se sigue prestando a estafa.

El Estado, dueño del oro y la plata, se queda sin una acción de la empresa y sin participación en la gestión y operaciones de la misma, lo que lo expone permanente al engaño.

Ambas cosas son muy graves 

De la pesada y onerosa carga de los costos ambientales asignada al Estado dominicano y de los controles para reducirlos al mínimo no se ha dicho nada. Un tema también crucial, el más crucial de todos.

Del uso gratis de las aguas de la Presa de Hatillo tampoco se habla en lo anunciado oficialmente.

La violación al Código de Trabajo y a las normas de la OIT, concediéndole la posibilidad de establecer su propio régimen laboral sigue en pie. Igual el remplazo del Banco Central en las operaciones de las divisas generadas.

El contrato, nulo de origen, ilegal, inconstitucional seguirá vigente en casi toda su totalidad, excepto en lo relativo a una insuficiente mejoría de los ingresos gubernamentales. 

Además, el Gobierno no ha especificado en qué utilizará las ganancias de la explotación de esos recursos no renovables, lo que es muy grave y se presta a cualquier mal uso. No basta decir demagógicamente que irán a “las familias dominicanas”, cuando es clave especificar su destino de manera que se garantice serán invertidas en generar valores perdurables de más calidad que los recursos extraídos y con un inequívoco impacto en el bienestar colectivo de la sociedad.

Todo parece indicar -como preliminarmente apreciamos- que estamos ante una especie de parto de los montes, en el que la “Montaña Danilo” parió un ratón por temor al arbitraje. 

 Insistimos: el contrato con la Barrick –aun con esa enmienda- no existe, es nulo, inconstitucional, depredador y saqueador, y lo que corresponde es nacionalizar totalmente esos recursos y las instalaciones de Pueblo Viejo para ponerlos al servicio del pueblo.

A la alharaca del 27 de febrero le ha seguido mucha cobardía y demasiado oportunismo oficial. El gobierno ha mal utilizado la ejemplar lucha de este pueblo que lo obligó a exigir y a lograr que la Barrick aceptara la modificación el contrato, pero Danilo Medina lo hizo condicionado por su cortedad de mira y sus miedos frente al imperio.                                     

 

9-05-2013-Santo Domingo, RD.

 

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