Papa Francisco e Macri: Queda de braços entre dois mundos

Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.

(Português/Español).

O Papa Francisco recebeu na manhã de ontem (27) o presidente argentino Mauricio Macri, com uma frieza que congelou a algazarra da comitiva.

Apenas uma troca protocolar de presentes, uma foto e uma saudação azeda, que duraram poucos minutos. Vinte e dois minutos para sermos exatos.

O Papa conhece muito bem Mauricio Macri porque antes tinha sido Cardeal de Buenos Aires.

E também conhece muito bem a esposa do presidente, Juliana Awada, porque tanto ela como sua família utilizam  oficinas têxteis clandestinas que frequentemente têm mão de obra escrava; essas que ele, como Cardeal, denunciou muitas vezes.

O presidente argentino levou de presente para o Sumo Pontífice um poncho e uma réplica da Cruz de Matará.  A cruz original, de madeira de juazeiro (Ziziphus mistol), foi talhada pelos jesuítas por volta do ano 1594, quando se estabeleceram na província de Santiago del Estero, com a finalidade de evangelizar a população nativa: os matarás.

Foto: Claudio Onorati, Reuters
Foto: Claudio Onorati, Reuters

Este povo era na realidade um grupo de aborígines tonokotes que tinham sido sequestrados em 1585 pelos conquistadores, e que tinha se estabelecido pela força nesse lugar como mão de obra escrava para os espanhóis, que os rebatizaram com esse sugestivo nome de Matará, que não fazia mais do que predizer seu destino, porque depois foram exterminados.

A localidade de Matará é hoje uma aldeia de 1700 habitantes. E essa região continua sendo hoje a fornecedora de mão de obra escrava para os proprietários de terras.

O Movimento de Camponeses de Santiago del Estero (MO.CA.SE)  conhece bem a família Macri. Faz 30 anos que tem que lidar com eles, desde quando a mudança climática e os avanços tecnológicos da indústria agropecuária fizeram desse canto desértico de nosso país, um lugar cultivável.

Os Macri fizeram parte desse grupo de empresários que, com seus contatos com políticos corruptos, foram escriturando essas terras que não tinham um título de propriedade em nome dos habitantes originários, e foram ficando com os pequenos sítios. Igual que os colonizadores, um dia chegavam com as patrolas e a polícia local, e expulsavam os habitantes das suas casas. Cercavam com arame o campo e botavam fogo às humildes moradias com todos os pertences dentro.

Esta não foi a única provocação de Mauricio Macri ao Sumo Pontífice: chegou acompanhado de três governadores, Rosana Bertone, familiar de Tarcisio Bertone, um cardeal italiano que foi secretário de Estado durante o papado de Bento XVI e trabalhou para evitar que Francisco fosse nomeado Papa; Juan Manuel Urtubey, o governador de Salta, denunciado por ser cúmplice de narcotraficantes; e o governador de Mendoza Alfredo Cornejo, quem em seu plano de ajuste incluiu o corte aos subsídios das escoas católicas na sua província.

As casualidades da história fazem com que ontem, em Roma, dois argentinos, um latifundiário e explorador de trabalhadores, casado com uma escravista; e outro um  jesuíta que tenta evangelizar os selvagens capitalistas, tenham se encontrado por razões diplomáticas. As imagens divulgadas dessa reunião não fazem mais que confirmar a distância que existe entre um e outro.

Nos dias prévios, o Papa tinha recebido  Eduardo “Vasco” Murúa, presidente do Movimento Nacional de Empresas Recuperadas, e Guillermo Robledo, do Movimento Helder Cámara Para a Paz entre os Povos, que lhe pintou a paisagem em que vivemos os argentinos: estigmatização dos trabalhadores federais;  perseguição aos camelôs;  repressão e criminalização do protesto social;  além das medidas econômicas que levaram o país a uma estagnação virtual com inflação alta.

Com certeza, o Sumo Pontífice leu o documento que um dia antes emitiu o Encontro Nacional de Sacerdotes em Opção Preferencial pelos Pobres, que faz uma enumeração das principais medidas do governo de Mauricio Macri, que é realmente desolador, e cujas palavras finais são uma súplica aos membros do governo :  “…Transcorridos pouco mais de dois meses deste governo legal, mas de gestos perversos, não duvidamos em pedir “em nome de Deus e deste sofrido povo cujas lamentações sobem até o céu” modifiquem o modelo! Com o Papa Francisco gritamos: Este modelo mata!”

Fiel a seu mandato e sua missão evangelizadora, o jesuíta lhe entregou a Encíclica “Laudato si” (Louvado sejas!), com a esperança de que Mauricio Macri a leia, mas no seu gesto adusto se podia ver a firme convicção de que embora o fizesse, o presidente argentino não a entenderia.

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La pulseada entre entre dos mundos

Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.

El Papa Francisco recibió ayer en la mañana (27) al presidente argentino Mauricio Macri, con una frialdad que congeló la algarabía de la comitiva.

Apenas un intercambio protocolar de obsequios, una foto y un saludo áspero, que duraron pocos minutos. Veintidós minutos para ser exactos.

El Papa conoce muy bien a Mauricio Macri porque antes había sido Cardenal de Buenos Aires.

Y también conoce muy bien a la esposa del presidente, Juliana Awada, porque tanto ella como su familia, utilizan  talleres textiles clandestinos que frecuentemente tienen mano de obra esclava; esos que él, como Cardenal, denunció muchas veces.

El presidente argentino, llevó de regalo al Sumo Pontífice un poncho y una réplica de la Cruz de Matará. La cruz original, de madera de mistol (Ziziphus mistol) fue tallada por los jesuitas alrededor del año 1594, cuando se establecieron en la provincia de Santiago del Estero, con la finalidad de evangelizar a la población nativa: los matarás.

Este pueblo era en realidad un grupo de aborígenes tonokotes que habían sido secuestrados en 1585 por los conquistadores, y establecido por  la fuerza en ese lugar como fuerza de trabajo esclava para los españoles, quienes los rebautizaron con ese sugestivo nombre, que no hacía más que predecir su destino, ya que fueron exterminados.

La localidad de Matará es hoy un pueblo de 1700 habitantes. Y esa región sigue siendo hoy, la proveedora de la mano de obra esclava para los terratenientes.

El Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (MO.CA.SE)  conoce bien a la familia Macri. Han tenido que lidiar con ellos desde hace casi 30 años, cuando el cambio climático y los avances tecnológicos de la industria agropecuaria, hicieron de ese rincón desértico de nuestro país, un lugar cultivable.

Los Macri fueron parte de ese grupo de empresarios que  con sus contactos con políticos corruptos, fueron escriturando esas tierras que no tenían un título de propiedad a nombre de los habitantes originarios, y se fueron quedando con las pequeñas chacras . Al igual que los colonizadores, un día llegaban con las máquinas topadoras, con la policía local, y echaban de sus casas a los habitantes. Alambraban el campo, y prendían fuego a las modestas viviendas con todas las pertenencias de sus moradores adentro.

Esta no fue la única provocación de Mauricio Macri al Sumo Pontífice: llegó acompañado de tres gobernadores, Rosana Bertone, pariente de  Tarcisio Bertone, un cardenal italiano que fue secretario de Estado durante el papado de Benedicto XVI y trabajó para evitar que Francisco sea nombrado Papa; Juan Manuel Urtubey, el gobernador de Salta, denunciado de ser cómplice de narcotraficantes; y el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, quien en su plan de ajuste incluyó el recorte a los subsidios de las escuelas católicas en su  provincia.

Las casualidades de la Historia, hacen que hoy, en Roma, dos argentinos, uno terrateniente y explotador de trabajadores, casado con una esclavista; y otro un  jesuita que trata de evangelizara los salvajes capitalistas, se hayan encontrado por razones diplomáticas. Las imágenes difundidas de esa reunión, no hacen más que confirmar la distancia que hay entre uno y otro.

En los días previos, el Papa había recibido a Eduardo “Vasco” Murúa, presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, y a Guillermo Robledo, del Movimiento Helder Cámara para la paz entre los Pueblos, que le pintó el paisaje en el que habitamos los argentinos: estigmatización de los trabajadores estatales;  persecución de los trabajadores ambulantes;  represión y criminalización de la protesta social;  además de las medidas económicas que pusieron al país en un virtual estancamiento con alta inflación.

Seguramente, el Sumo Pontífice leyó el documento que un día antes emitió el Encuentro Nacional de Curas en Opción Preferencial por los Pobres, haciendo un recuento de las principales medidas del gobierno de Mauricio Macri, que es realmente desolador, y cuyas palabras finales es una súplica a los miembros del gobierno :  “…Transcurridos poco más de dos meses de este gobierno legal, pero de gestos perversos, no dudamos en pedir “en nombre de Dios y de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hacia el cielo” ¡modifiquen el modelo! Con el Papa Francisco gritamos: ¡Este modelo mata! “

Fiel a su mandato y  su misión evangelizadora, el jesuita, le entregó la Encíclica “Laudato si”  (Alabado seas!), con la esperanza de que Mauricio Macri la lea, pero en su adusto gesto, podía verse que tiene la firme convicción de que aunque lo hiciera, el presidente argentino no lo entendería.

Foto 2: http://ar.flash24.news/

Tradução: Tali Feld Gleiser.

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