Pena de morte

 Margarita Murillo 2

Por Ronnie Huete Salgado, de Tegucigalpa, Honduras, para Desacato.info

48 jornalistas assassinados, camponeses e povos originários perseguidos até a morte. Este panorama é semelhante a uma condena de morte adquirida, por pedir liberdade, frente à submissão da sua gente.

 

A guerra não declarada na nação centro-americana de Honduras se intensifica.

El asesinato       de la dirigente campesina, Margarita Murillo (foto) de 55 años, el miércoles 27 deagosto, junto con la persecución sistematizada del periodista radial DavidRomero y su equipo periodístico de trabajo, son claros casos que laceran, elderecho universal de la libertad de expresión.

MargaritaMurillo se conoció por ser una mujer que demandaba el respeto de los derechos humanosde los campesinos, y el derecho a la tierra, durante la década de los ochentas sobrevivióa constantes amenazas y en la actualidad sobrevivía a nuevos atentados querecibía.

Pero, ¿Cuál esel delito de Margarita Murillo y David Romero? En Honduras, la defensa de latierra, la defensa de los derechos humanos, el medio ambiente y la denunciacontra los generadores de corrupción y los acumuladores ilegales de grancapital económico, se ha convertido en un delito que se paga con la “pena demuerte”, cuyo contexto legal es inexistente y que el nuevo poder del Estado,Crimen Organizado, ha institucionalizado como ley.

El monumento a la impunidad yace en el fracasado sistema judicial de ese país latino, cuya estructura tangible se erige en el Ministerio Publico.

En medio del reciente asesinato de la dirigente de los campesinos, Margarita Murillo en la costa norte de Honduras y el hostigamiento que recibe el periodista David Romero, en Honduras, se comienza a discutir un nuevo código penal, sin embargo el actual se dista mucho de lo que en él, está escrito.

Es condenable la abominación que vive el Estado de Honduras, cuyo territorio es un reino de la impunidad, narrado según las directrices de su dictadura militarizada empresarial y bendecida por el Dios de la ambición.

No existe tal realidad, de que sólo la violencia combate la violencia, al contrario de allí nace la guerra no declarada, que vive Honduras.

Ante el fracaso del sistema judicial y de seguridad, que debería de brindar el Estado de Honduras, las medidas de auto seguridad personal son una sugerencia viable para mantenerse con vida. La unificación y la organización sin ningún tinte político, para enfrentar la grave crisis por la  que atraviesa las Honduras, brindaría más seguridad al respeto de la vida.

Las personas que asesinaron a Margarita Murillo, disfrutan de la impunidad. Su legado como una mujer defensora del derecho a la tierra y mantener vigente la utopía de un Estado latinoamericano, libre de sus opresores diseñaron su destino.

Su espíritu de rebeldía y sus ideas humanitarias seguirán trascendiendo, porque podrán matar a un revolucionario, pero jamás a su revolución.

Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras o sus invasores.


El autor de este artículo es corresponsalía voluntaria de la revista Caros Amigos editada en são Paulo, Brasil para Centroamérica, la organización Casa Mafalda São Paulo, Brasil , La Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red y El portal
http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil.

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