Marrocos, temem repressão violenta


Por Elena Calvo.

Rabat

O governo marroquino chama de reféns aos jovens do Movimento 20 de Fevereiro

 

 

Están dispuestos y organizados para repetir la jugada a pesar de la reforma constitucional anunciada la semana pasada por el monarca Mohamed VI. Los jóvenes marroquíes del Movimiento del 20 de Febrero –fecha en la que convocaron a decenas de miles de manifestantes- confían en llenar de opositores al régimen las calles del reino alauí este domingo, 20 de marzo.

 

Les apoyan más de una centena de organizaciones entre centrales sindicales, partidos políticos de izquierdas y asociaciones de derechos humanos, a las que hay que sumar también a los islamistas de la ilegalizada Justicia y Espiritualidad, formación con gran tirón entre las bases populares del reino.

Las autoridades también se preparan

Pero los jóvenes del 20 de Febrero no son los únicos que se preparan para su segunda gran cita en la calle. También lo hacen las autoridades marroquíes, que ya han advertido de que el reino alauí es un país “democrático” donde los poderes públicos deben velar por “preservar la paz social”.

Lo ha dicho este jueves en una conferencia de prensa el ministro de la Comunicación y portavoz del Ejecutivo marroquí, Jalid Naciri, quien se ha lamentado además de que “un cierto número de organizaciones haya secuestrado y tomado como rehenes a los jóvenes”, en referencia a los movimientos y partidos que les apoyan.

“A día de hoy no sabemos quién está detrás de la manifestación, porque no hemos recibido ninguna demanda de autorización”, ha señalado Naciri. “Esta ausencia de petición nos crea un problema ético y jurídico; no se puede reclamar más democracia sin ajustarse a la Ley”.

Sin embargo, el ministro de la Comunicación sí que ha reconocido que el pasado 20 de Febrero tampoco se pidió autorización para la manifestación, aunque en ese caso se permitió de oficio y las fuerzas del orden no cargaron contra los participantes en la marcha, salvo en algunas ciudades donde hubo disturbios como Tánger, Marraquech, Fez o Alhucemas ciudad ésta última donde el Estado contabilizó cinco víctimas mortales.

Miedo a la posible violencia

Nizar Benamate, uno de los jóvenes del 20 de Febrero, duda que la del domingo vaya a ser una jornada pacífica. “Todas las concentraciones de los últimos días, como la del fin de semana pasado en Casablanca, se han saldado con heridos y detenidos; y continúa la intimidación de la policía contra nosotros“.

Benamate –que esta semana se ha vuelto a lanzar a la calle con sus compañeros para distribuir folletos informativos sobre la manifestación- asegura que cada vez cuentan con más apoyos y pronostica “un mayor seguimiento este domingo que el 20 de Febrero”. Tras la “represión” de la marcha en Casablanca el domingo pasado, “se ha unido también la Confederación Nacional del Trabajo en Marruecos a nuestras reivindicaciones”.

Los jóvenes también han hecho hincapié en “la brutal represión” que sufrieron en la ciudad de Juribga, en el centro del país, este martes familiares de los empleados jubilados de la OCP, la compañía estatal de fosfatos, que protagonizaban desde hace un mes una sentada de protesta. Reclaman que se adjudique el 20% de puestos de empleo a los hijos de los ex trabajadores, tal y como contempla la ley.

Piden más realidad, menos promesas

En cuanto al discurso que dirigió la semana pasada Mohamed VI a su pueblo anunciando reformas constitucionales para garantizar la independencia de la Justicia y otorgar más autonomía al primer ministro –hasta ahora nombrado a dedo por el rey- y el Parlamento, Benamate afirma que “fueron unas palabras positivas, pero hay que preservar esas promesas, que no vemos en el terreno“.

Además, reclaman una Carta Magna nueva “y no una reforma”, la liberación de los presos políticos, la disolución del actual Gobierno y Parlamento o que la comisión que ha nombrado el rey para estudiar los cambios en la Constitución “no venga de arriba, sino que cuente con legitimidad popular”. O la erradicación de la corrupción, para lo que hoy repartieron –unas veces con más éxito que otras- rosas entre la policía rabatí como acto simbólico.

DEIXE UMA RESPOSTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

Esse site utiliza o Akismet para reduzir spam. Aprenda como seus dados de comentários são processados.