Kirchnerismo, livros e atalhos

Por Julio Rudman.

“Nos descubrieron, por fin nos descubrieron”

Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto y de cómo se desenvolvió (1977).

Les Luthiers.

En la edición del diario Los Andes, domingo 28 de agosto de 2011, página 3, sección ¡Política! y bajo el tópico Cultura y Poder, la periodista Gisela Manoni informa, desde el título de la nota, que “Arranca la Feria del Libro con marcada impronta kirchnerista” y agrega en la bajada que “Entre los invitados estelares están Feinmann y Russo, además de otros escritores oficialistas. Para la organización es “inclusiva”.”

Antes de avanzar en el desarrollo y análisis del trabajo opinatorio de la colega vale aclararle a los lectores de tierra afuera que el más vetusto de los matutinos menducos es el hijo putativo de Clarín en estas comarcas areníferas. Se cae de maduro que estamos hablando de la Feria del Libro de Mendoza, que va del 2 al 11 de setiembre, inclusive.

Ahora sí, vamos al asuntillo que te demora, morocha enhiesta y perfumada de azahares. Dice la escriba en cuestión que los escritores invitados son incuestionables en lo literario pero que todos acreditan pertenencia o afinidad con el oficialismo nacional. Veamos caso por caso y comparemos este menú con los atragantamientos eclécticos de ediciones anteriores.

Los estelares, entonces. Empecemos por la dama quien, después de todo, se ocupa en su libro de la Morocha que te jedi. El epígrafe de la foto que ilustra la foto dice “Sandra Russo, de la tele a la Feria”. Parece que Manoni descubrió a Sandra en “6,7,8”, el programa político-periodístico de la TV Pública. Pero resulta que Doña Russo tiene una larga y sólida trayectoria laboral y libresca. Algunos ejemplos: a los 19 pirulos, paso fugaz por “Expreso Imaginario”. Luego, correctora de “Humor” y Prosecretaria de Redacción de “Superhumor”. En tele, “Cable a Tierra”, con Pepe Eliaschev (para el prontuario, querida). En Radio Belgrano, con Enrique Vázquez, en Splendid, con Mona Moncalvillo. Está en Página 12 desde su fundación en 1987, aunque anduvo por otros lares durante un tiempo y volvió. Laburó con Lalo Mir, con Boy Olmi. En fin, hace un rato que la chica trabaja en el oficio.

Pero fíjese Manoni que, oh sorpresa, tiene seis libros publicados antes del que la trae a estos medanales mediáticos, “La Presidenta”. A saber: “No sabés lo que me hizo”, “ArqueTipos”, “Crónicas del naufragio”, “Contratapa”, “Perdonen nuestros placeres” y “Jallalla”. O sea, no viene de la tele, viene de la coherencia.

Don José Pablo, también tiene su foto y su epígrafe: “José Pablo Feinmann, filósofo K.” Dejemos a un lado la minimización descalificadora de encerrar a tan tremendo pensador en el cajoncito ideológico y olvidar o desconocer su trabajo narrativo y periodístico. Describir la trayectoria del Feinmann que escribe libros (no confundir con Eduardo, el que los quema, como decía Castelo) llevaría un tiempo que no me sobra. Tendría que empezar por recordar que quienes encasillan así padecen lo que Mempo Giardinelli llama “mentalidad municipal”. Lo insólito es que José Pablo es calificado como “mediático” cuando se sabe que la exposición pública no es el divertimento que lo fascina, precisamente. Es un trabajador cultural que, circunstancialmente, ha desarrollado sus saberes filosóficos de manera magistral en el canal Encuentro.

Según la autora de la nota ambos escritores publicaron versiones “autorizadas” por los Kirchner. Una boludez, dicho académicamente. Que, además, ofende el olfato comercial de las editoriales Sudamericana y Planeta, respectivamente, quienes vieron convertirse en best sellers las obras que los traen a Mendoza. Pero bueno, admitamos que la Feria es kirchnerista. ¿Y qué?.

Tal vez sea un gesto de inteligencia coincidir con más de diez millones de votantes y reflejar, apenas fugazmente, un sentir social, también en el ámbito de los libros y la cultura en general.

De Mario Goloboff se dice que es oficialista porque publica sus columnas en ” Página 12″ y se omite su biografía, la única hasta ahora, de Julio Cortázar y su magnífica producción en el género del microrrelato. Pero siguiendo ese razonamiento minúsculo, Mempo sería neoliberal y oligarca porque, a veces, publica en “La Nación” y Vicente Battista un inclasificable porque suelen convocarlo desde “Perfil”.

Pero el top five del disparate se lo lleva la presentación de Elsa Drucaroff quien, según la colega clarineta, “cometió la audacia de convertir a Rodolfo Walsh en personaje de ficción”. Cometió, dice textual. Según el mataburros de la madre patria que nos parió, cometer es, en su primera acepción, “caer, incurrir en una culpa, yerro, falta”. Y yo, que la conozco bien, la quiero y la admiro, sé que viene “cometiendo” maravillas similares con Roberto Arlt, Martín Güemes y otras figuras de nuestra historia.

Se dice que Osvaldo Bazán, el autor de la “Historia de la homosexualidad en la Argentina”, se acercó al gobierno nacional a raíz de la promulgación y sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, ya que este logro inclusivo habría favorecido la venta del libro. Otra vez, ¿y qué?. Por otra parte, quien ve y escucha a Bazán sabe qué lejos está de ser un kirchnerista.

Se cita una declaración de un presunto autor local que, dice la colega, se niega a dar su nombre porque no participa de esta edición del encuentro. El escritor presuntamente marginado retoma el argumento madre de la nota. Como fuente es poco profesional. ¿Cómo sabe el lector del pasquín centenario que quien habla no es la misma Giselita, o un tío, o un primo, o el novio? Se intenta, de paso, generar la sensación de miedo por temor a una represalia por opinión no conforme con el canon oficial. Muy sutil pero muy infantil, con perdón de mis nietos que tienen ideas más sensatas.

Hubo años en que la Feria tuvo como estrellas principales a Martiniano Molina, Araceli González y Osvaldo Bayer. Un mamarracho disfrazado de diversidad, organizado por un señor que se jactó de que, no sólo era la primera vez que organizaba una Feria, sino que era la primera vez que iba a una Feria del Libro. Así, con un desparpajo digno de personaje de Capusotto.

Sin ir más atrás, el año pasado estuvimos cerca de recibir al Tata Yofre, aunque usted no lo crea. Este año se buscó el último éxito editorial de Biolcati, Magnetto y Escribano y la búsqueda resultó infructuosa.

Por seguir el léxico del mastodonte clarinista, la organización de la Feria pretende cometer un encuentro sólido, amplio y que le permita a los mendocinos y aledaños tener un cara a cara con los autores que representan lo mejor del momento literario y ensayístico nacional, local e internacional.

Y según dice la realidad, la de la calle y las urnas, es kirchnerista, nomás.

 

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