Independência e Revoluções serviram para um caralho


Pedro Echeverría V.

Independencia y Revoluciones sirvieron para un carajo, pues el 70 % de la población del mundo vive en la pobreza y la miseria

1. Hasta ahora esos movimientos revolucionarios en el mundo –las Independencias y las Revoluciones-  sólo han servido para realizar algunos cambios para que en lo esencial todo siga igual. ¿En qué país del mundo la mayoría de la población vive con riquezas o sin grandes problemas económicos como producto de muchos siglos de trabajo y grandes sacrificios? En ninguno. ¿Existe algún país –quizá con la excepción de Cuba o de alguno que desconozco- donde no hayan poderosos empresarios y políticos con gigantescos capitales y enormes propiedades acumuladas, mientras la población mayoritaria vive en la miseria, la desnutrición y el hambre? Si en Asia, África y América Latina es innegable, en países poderosos e imperialistas como los EEUU, Inglaterra, Francia, Alemania, China, basta con mirar en zonas no turísticas para conocer la realidad objetiva entre negros, migrantes y pueblo de barrios pobres y marginales.

2. Con excepción de los viejos países imperialistas que nacieron sin países opresores, las luchas por Independencias y la Revoluciones fueron muy parecidas por su violencia contra el invasor conquistador, los militares, el clero y las poderosas clases dominantes. Las batallas de los pueblos fueron realmente heroicas y los sacrificios y muertes regaron mucha sangre para que las cosas cambiaran. El recuento de hechos, la narración de acontecimientos, la concreción de las guerras civiles y batallas que nos enseña la historia, es siempre emocionante y gratificadora; pero son más objetivos los resultados. Recordar las grandes hazañas de héroes, las masacres contra los pueblos, los documentos y proclamas políticos y las tomas del poder, son siempre emocionantes y muchas veces útiles; pero comparar lo que era antes con lo que es hoy, los cambios cosméticos y los reales, las estadísticas de ayer con las actuales, nos enseñan un panorama entristecedor.

3. Los yanquis hicieron su independencia a fines del siglo XVIII, se dedicaron a expandir su territorio despojando a los países más débiles (como México, Francia y España), vivieron una gran guerra civil a mediados del XIX y en el siglo XX se transformaron en el país imperialista más poderoso de todos los tiempos. A pesar de haber vivido saqueando las riquezas de otros pueblos del mundo para crear un gran imperio mundial, en los EEUU la miseria, la explotación y la discriminación ha estado siempre a “flor de tierra”; no sólo no la pudieron acabar sino que cada día es más grande. ¿Y la Francia de la Gran Revolución de 1789 que se convirtió en el modelo clásico de las revoluciones burguesas en la que el pueblo pobre explotado ayudó a enterrar el poder de la nobleza, la clerecía y a los señores feudales para luego someterse al poder de la nueva burguesía y volver a su calidad de explotado y miserable? Las revoluciones siempre tienen un freno.

4. Me parece que las únicas Independencias y Revoluciones verdaderas son aquellas que no tienen ningún freno que les impida terminar su tarea expropiando a los poderosos con el fin de instalar la igualdad y la justicia; aquellas grandes transformaciones que no busquen estabilidad alguna creando leyes en nombre del orden y la paz para someter a los de abajo tal como ha sucedido en todas ellas. ¿Por qué todos los pueblos del mundo hablan de las traiciones o desvíos de la revoluciones sino porque todas ellas fueron frenadas para que unos cuantos se aprovecharan de “sus conquistas”? ¿Por qué los líderes “revolucionarios” terminan negociando con las clases dominantes mientras voltean sus armas contra los sectores más revolucionarios y consecuentes? Basta con revisar las revoluciones: francesa, rusa, mexicana, donde los sectores de extrema izquierda fueron reprimidos, encarcelados y asesinados.

5. Las luchas anticapitalistas encabezadas por los jóvenes, que surgen al parecer en los años sesenta con las revoluciones antiautoritarias en la familia, la escuela, la iglesia, el vestido, el sexo, la droga, la cultura, la sociedad entera, no han podido ser frenadas. Surgieron sin jefes, sin partidos, sin estructuras institucionales, sobre todo, sin búsqueda de poder, y siguen rodando sin saber con precisión hacia dónde y hasta cuando. De periodos y coyunturas esta rebelión se convierte en una amenaza que la clase en el poder reprime con brutalidad y luego baja su ritmo sin ocultar su odio al sistema de opresión. Señalan que “los partidos y los Estados son los condones de la libertad” y por eso los hacen a un lado e incluso los desprecian y combaten. Parece ser la única revolución viva que no está dispuesta a obedecer ningún freno, por eso las instituciones del poder la persiguen. ¿Será esa batalla que debemos mirar?

6. Las grandes batallas surgen de las pequeñas luchas cuando éstas se organizan hacia esos objetivos; pero si esas pequeñas luchas parciales, gremiales, aisladas, defensivas, se quedan en sólo eso, valen un carajo para las luchas anticapitalistas. No debe olvidarse que toda lucha de los trabajadores es lucha de clases en las que debe haber un objetivo estratégico y máximo, es decir, cualquier lucha salarial, defensiva, gremial, sino fortalece el movimiento general hacia la transformación revolucionaria, no sirve al proceso; esa lucha se convierte en lucha caritativa, de solidaridad cuasi religiosa. Las revoluciones verdaderas no surgen en “eslabones débiles” sino en medio de la más intensa lucha de clases: entre los obreros, campesinos, estudiantes, colonos de los barrios, clases medias radicalizadas, que truenan y se confrontan contra la explotación y la opresión capitalistas. Sólo de esa manera pueden garantizarse las revoluciones.

7. Los festejos centenarios independistas y revolucionarios en muchos países son una real farsa; sólo había que ver en México cómo los sucesores y herederos del porfirismo, los integrantes de la derecha extrema que se opuso a la Revolución burguesa, festejando el aniversario 100. Basta ver cómo se dilapidan miles de millones de pesos en festejos de luces, en homenajes y salarios conmemorar una Independencia Nacional que sólo hizo que el país cambie de dueños y una Revolución que terminó asesinando las luchas populares que buscaron que se cumplan demandas de tierras, de trabajo, de libertad y de justicia social. De todas maneras para entretenerse resulta interesante contar las hazañas, condenar a los tiranos y halagar a los caudillos. ¿Por qué el presidente ilegítimo Calderón decretó ayer que el ejército seguirá ocupando los pueblos y calles del país hasta el último día de su mandato? ¿Qué pasó con la cábala de las revoluciones?

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