Homenagem a Bosch, 50 anos depois

El  camino real de  una indignación imperiosa

Por Narciso Isa Conde.

En estos días se cumplen cincuenta años del retorno del profesor Juan Bosch a su patria, luego de un largo exilio.

Un tiempito después de su regreso, leí su novela “Camino Real” y comprobé la armonía entre el pensamiento y el lenguaje social que contenía esta obra y lo que escuchaba en sus penetrantes, profundas y sencillas charlas radiales. Igual me pasó con la lectura de sus “Cuentos Escritos en el Exilio

Aquello de “tutumpotes”, “hijos de Machepa”, “carros pescuezo largo”, “conocer al ciego sentado y al cojo durmiendo”… no era nada extraño a uno de los pasajes de “Camino Real” que más me impresionó:

“La lluvia seguía roncando las yaguas. De rato en rato la luz clara, rápida, y sobre nosotros resonaba el trueno. De pronto me mordió la  desigualdad, la horrible desigualdad entre estos hombres, trabajadores, sufridos, conformes con esa vida miserable, descalzos, hediondos, sucios; y los otros, retorcidos entre sus lacras morales, codiciosos, fatuos, vacíos, INNECESARIOS (nr: las mayúsculas son mías); o lo menos, los amos autoritarios, rudos y despóticos. Una amargura que venía de muy hondo me subió a los labios y hablé…” (Camino Real, Juan Bosch, segunda edición “Cuentos”, 2009)

Y entonces lo hizo con profundidad, energía e indignación…cotidianamente.

* El propósito entonces

Bosch sencillamente se esforzó en sacar a la superficie, en términos comprensibles para el pueblo llano, la escondida realidad de las desigualdades y de la lucha de clases; procurando a la vez hacerlo partícipe y protagonista de la insumisión necesaria; procurando desde la política convertir a los/as de abajo, a las víctimas de esas “horribles desigualdades”, en hacedores de la historia.

Su indignación estuvo dirigida contra la trágica realidad social de entonces y sus más señeros responsables. Y pronto, por la persistencia de sus prédicas, ella se tornó colectiva y dio lugar a uno de los periodos más hermosos y estelares de nuestra historia reciente, bestialmente sofocado por las huestes gringas en aquel abril luminoso y además por sus terribles y perversas consecuencias en los dos doce años balagueristas que le siguieron… y otros diez más.

Resurge la necesidad de indignarmos y derrotar la traición 

Más tarde, durante casi medio siglo de predominio de la negación y/o la traición a esa forma de ser y de pensar del profesor Bosch -negaciones y traiciones penosamente asumidas por las camadas de dirigentes que han dado paso al PRD y al PLD de hoy y hasta por las izquierdas derechizadas que obvian las causas de los grandes males sociales, políticos y morales existentes y se resisten  a indignarse y a enfrentar a los responsables de los mismos- la necesidad de  denunciar y arremeter contra los responsables y beneficiarios de las “injustas” y “horribles” estructuras, instituciones, poderes, modelos y sistemas dominantes que hoy empobrecen y degradan en mayor grado nuestra nación y nuestro pueblo… se torna cuestión de vida o muerte.

Candidatos y partidos, de diferentes maneras y con variadas culpas, le dan la espalda a esta responsabilidad.

Unos –los más grandes y más corrompidos- se han convertido en relevos del balaguerismo y en los nuevos “amos políticos” al servicio de las nuevos “tutumpotes” de aquí y de ultramar; otros, de diferentes pintas, concientes o inconcientes mentes, de buena o mala fe,  temen enfrentar el sistema y sus pilares con la energía, la firmeza y la indignación requeridas. El oportunismo, el miedo a la necesaria confrontación, el reformismo acomodaticio… les impide insubordinarse frente a la institucionalidad pervertida y el modelo en crisis.

No les importa que la tragedia social sea mayor ni que las responsables de ahora sean peores que los antes, que chupen más sangre, que salven bancos para hundir al los pueblo, que exploten, roben y saqueen más.

Tienen “sangre de maco”, callan los desafueros de la oligarquía, y se conforman con atacar al gobierno de turno y hablar generalidades a favor de la honestidad administrativa, la institucionalización, el modelo productivo, la transparencia, del combate a la pobreza…

Silencian los robos e iniquidades de la oligarquía, respetan a los nuevos millonarios al vapor convertidos en empresarios delincuentes. Ignoran el reparto a su favor de los terrenos urbanos, rurales y costeros más valiosos.

Prefieren no hablar de la estafa de las privatizaciones y la necesidad de desprivatizar lo usurpado. Se conforman con alarmarse frente corrupción en general y al raterismo menor.

Por sus mentes no pasa la idea de recuperar para la sociedad lo robado y usurpado por oligarcas, políticos, generales y funcionarios  inescrupulosos… aunque algunos hablan de ponerle fin  a la impunidad.

Al parecer, para ellos no hay clase dominante local y mundial responsable y beneficiaria del desastre mundial y nacional que han creado los nuevos “retorcidos entre sus lacras morales, codiciosos, fatuos, vacíos, innecesarios”, que promueven “una vida miserable” para los pueblos y fastuosa para ellos, y ponen en riesgo la vida en planeta.

Eso ha pasado en todo el mundo. Por eso la indignación brota desde fuera de las instituciones y del sistema político, repudia a los partidos que han sido cómplices de esa realidad y mira con desprecio a los que buscando cuotas dentro del sistema evaden dar el combate a fondo contra las corporaciones, los empresarios voraces, las mafias políticas y militares, la lumpen-burguesía, los negociantes de la guerra y de la droga, y sus secuaces… quienes dominan el mundo, países grandes y ricos, pequeños y empobrecidos.

* Entramos en un periodo díficil y estelar de la Historia

Al parecer la humanidad ha entrado  en una en fase estelar de su existencia, pese a la tragedia social y ambiental que la azota.

A la superficie -por múltiples intervenciones parecidas a las que hace cincuenta años tuvo Juan Bosch –suben las causas que identifican a los responsables de esa dramática realidad.

En muchas parte del mundo, en nuestra América, Europa, el Norte de África, EEUU… los/as “no conformes con su vida miserable” o con posibilidad de caer en ese abismo, los/as que por penurias propias o sensibilidad con las ajenas, las/os sufridos/as y excluidos/as de hoy… toman conciencia, pierden el miedo, se indignan… y toman calles, redes sociales, plazas y camino, incluyendo los símbolos de la opresión moderna.

Toman incluso Wall Street y desafían serenamente a los magnates del gran capital, paseándose en forma desafiante por el frente de sus oficinas y mansiones, señalando sus “cuerpos del delito”, culpando a los beneficiarios de la usura, la sobreexplotación, el saqueo, el terrorismo de Estado, el negocio de la guerra y las agresiones militares.

Superar el retraso en medio de señales promisorias 

Aquí por  razones señaladas y muchas otras, el reloj de la indignación conciente ha marchado con significativo retraso respecto a  la insumisión global en este nuevo siglo; pero ya ha comenzado a superar retrasos, a desatar esporádicos procesos de rebeldía,  a señalar a los “tutrumpotes” de hoy, las partidocracias corrompidas (morada, blanca colorada…) y sus más conspicuos representantes,  a los “retorcidos entre sus lacras”, a los carros, yipetas, helicópteros, aviones y barcos “pescuezo largo”,  a los “mogotuses”,  a los narco-políticos y narcos-generales.

Nuestro Wall Street tiene más de una calle y una zona. No es tan poderoso, pero igual de avaro y de cruel. Existe y puede y debe ser visibilizado: las 16 familias súper-ricas, los grandes banqueros, los cárteles de la construcción (grandes contratistas),la BarrickGold, Uni Gold, Gold Corp., Falconbridge, Odebrecht… forman parte de esa familia codiciosa.

Están contribuyendo a visibilizar esa realidad, los viejos y  nuevos denunciantes del  drama social y el  sistema de abusos e injusticias, los/as valientes, que a través de grietas y perforaciones de la dictadura mediática, le ponen nombre y apellidos a las personas y grupos que lo integran; así como el buen ejemplo del mundo indignado. Todo esto nos está ayudando de nuevo a levantar la indignación como hace medio siglo.

Un avance en calidad ha sido la audaz iniciativa de los/as INDIGNAD@s DOMINICAN@S del pasado sábado: el esfuerzo de ocupación del Parque Colón (uno de los símbolos de la conquista y el coloniaje), coincidiendo ese día con todas las expresiones de indignación global.

La indignación poco a poco comienza a señalar a los que salvan los bancos para hundir al pueblo, al gran capital (“lavado” y sin lavar”), a los secuestradores de las instituciones, a los atracadores desde el Estado; responsables todos de nuestra “horrible desigualdad”, tutores y beneficiarios en grande del todo un sistema responsable del gran mal.

Buen arranque en esa vertiente de la movilización de punta.

Buena señal para convertir en colectivo el propósito de que pronto el Parque Colón se llame Anacaona yla Plaza Españase llame Canoabo… y así sucesivamente.

Buen paso en dirección a crear contrapoder transformador y democracia de calle.

Para que los hombre y mujeres buenas, los/as trabajadores, los/as niños/as, los/as sufridos/as; los “descalzos, hediondos y sufridos”, los/as “hijos e hijas de Machepa”… se apoderen de la idea de que esta tierra, el producto de su inteligencia y de su fuerza de trabajo, y todo lo que genera su talento y creatividad artística, bebe emplearse en su  bienestar y felicidad colectivas.

Y así en todo el mundo.

¡Solo la indignación popular nacional en grande y conciente, de la mano de la global, puede dejar atrás la tragedia social y crear felicidad  para todos/as, no para unos pocos.

La indignación claramente diferenciada de ese tipo de políticos, partidos y sectores, ha terminado repudiando a unos y  despreciando a otros, al tiempo de enfrentar las causas y los culpables de la tragedia humana y medio ambiental en cada caso y a nivel global.

Sí, sin dudas, esa indignación transformadora está en marcha a nivel global y ahora estremece al “Norte revuelto y brutal” en medio de la peor crisis de la  historia del capitalismo central.

Aquí, por fin, la indignación colectiva está despegando poco a poco, precisando blancos de ataques, haciéndose sentir en puntos simbólicos de la CiudadColonial; referencias canonizadas de la conquista y el coloniaje, ahora relanzada más allá de la modernidad, en plena postmodernidad, como recolonización neoliberal; mezcla de lo viejo y lo nuevo, profundizando la “horrible desigualdad” en mayor escala entre las mayorías sufridas e inconformes  y las minorías fatuas, opulentas y despóticas.

La impactante, colorida y audaz Feria de las Luchas Sociales realizada el pasado sábado 15 de octubre en el Parque Colón dela CapitalDominicana, simultáneamente a las múltiples iniciativas globales, marca –insisto- un salto en la crítica al sistema político, al modelo neoliberal y a la voracidad capitalista.

Ese es el camino real de la real democracia y el real contra-poder transformador. Cincuenta años después: ¡impulsémoslo con unidad, energía y pasión!

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