Está militarizada a política na Venezuela?

Por Orlando Balbás.

Llama la atención que en el año 2001 los ataques a la alta oficialidad del sector militar desembocaron en el golpe de estado que derrocó por 48 horas al Presidente Chávez en Abril de 2002. Es curioso que salga nuevamente a la palestra pública el tema de las Fuerzas Armadas Bolivarianas precisamente con la iniciativa de los sectores de oposición. ¿Por qué surge en esta coyuntura el discurso acerca de los militares?

Indiscutiblemente, el escenario electoral está montado, los representantes de la vieja política de la cuarta República necesitan y quieren retomar el poder; el sector del fascismo que se mueve en los adversarios, presiona en la alta oficialidad y las jerarquías medias del ejército venezolano para crear descontento y propiciar un nuevo ambiente para un golpe de estado que les asegure la defenestración del gran líder de la Revolución Bolivariana y Presidente de la República Hugo Chávez Frías. Estos políticos saben que no tienen ninguna oportunidad de derrotar a Chávez por la vía electoral.

Ahora bien, ¿Es popular o militar la gestión del Presidente? Evidentemente, se desarrolla en nuestra patria venezolana un proceso lento y sostenido de inclusión de las mayorías en los derechos sociales, económicos y en la política. No es un secreto que el Estado ha dictaminado mediante la discusión abierta y democrática en la Asamblea Nacional, leyes que favorecen la organización del pueblo venezolano en consejos comunales, comunas y cooperativas, para dinamizar la economía alternativa a las relaciones de producción existentes en un mercado impulsado por la oferta y la demanda. La gran crisis del capitalismo mundial expresado en la deuda de los Estados Unidos y la debacle económica europea, son indicios de la fase terminal de un modelo económico ya caduco.

Los enemigos de la revolución impulsan desde el exterior nuevamente la estrategia de desgaste y demonización de Chávez. El llamado de renuncia al Presidente, por parte del copeyano y fascista Oswaldo Álvarez Paz y las opiniones del jefe de la MUD (centro opositor), quien expresa la militarización de la política del gobierno, son una forma de desconocer los avances organizativos de los sectores populares. Recordemos que el que hoy quiere parecer como que no ha roto un plato, Ramón Guillermo Aveledo, se sumó al paro petrolero suspendiendo los juegos de beisbol profesional.

La escena está preparada y ya los actores comenzaron a entrar en acción, el golpe de estado es una posibilidad subyacente en permanente planificación. Los partidos de los adversarios a Chávez están en la búsqueda de mecanismos no electorales para tomar el poder. Hoy, las Fuerzas Armadas Bolivarianas retoman su papel de columna vertebral en el sostenimiento del gobierno popular. Las élites económicas neoliberales que desean disminuir aceleradamente los precios del petróleo, los gastos sociales, privatizar PDVSA y otros centros estratégicos de la producción venezolana, pretenden dividir a los militares y crear el caos para asestar el golpe.

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