Las familias ecuatorianas pueden cubrir con sus ingresos el costo de la canasta básica, y para fines del actual año esta cobertura llegará al 103 por ciento
QUITO.— Las familias ecuatorianas pueden cubrir con sus ingresos el costo de la canasta básica, y para fines del actual año esta cobertura llegará al 103 por ciento, afirmó Santiago León, ministro Coordinador de la Producción, Empleo y Competitividad.
Antes de este gobierno, comentó León, la cobertura de la canasta básica familiar llegaba sólo hasta el 60 por ciento, en tanto la afiliación de los trabajadores al seguro social creció también del 40 al 60 por ciento en la actualidad.
Estas personas afiliadas tienen ya beneficios en cuanto a atención médica de calidad y gratuita, acceso a créditos hipotecarios, facilidades para adquirir una vivienda, créditos quirografarios para gastos que necesitan cubrir de manera urgente y jubilación digna.
De gran importancia, destacó, es el acuerdo con los empresarios de que ninguna empresa puede declarar utilidades sin antes haber cancelado a sus trabajadores el salario digno, cuyo valor es mayor al del salario básico y está alrededor de 390 a 400 dólares mensuales.
El Gobierno se propuso transformar la matriz productiva para generar mayor competitividad sistémica, lo cual, dijo León a El Ciudadano, significa asegurar un buen ambiente al sector empresarial para que su confianza e inversión aumenten y se mantengan a largo plazo.
Ejemplo de ello, explicó, es la eliminación de la tarifa eléctrica industrial para la electrificación rural, y la creación de más de tres mil partidas arancelarias de bienes y servicios que actualmente ingresan al país con arancel cero.
Este cambio de matriz se centra en cuatro ejes fundamentales, entre ellos la diversificación de la producción, que significa hacer nuevas industrias, generar nuevos tipos de negocios.
En ese sentido el Estado lanzó un fuerte programa de incentivos de alrededor de 300 millones de dólares, cuya finalidad es apoyar a desarrollar estas nuevas ramas productivas.
Otro eje hace referencia al valor agregado, necesidad que tiene el país de aprovechar la materia prima de excelente calidad que producimos y exportarla no en bruto, sino en bienes procesados, como ocurre con el chocolate en lugar de exportar cacao.
Un tercer eje es la sustitución selectiva de importaciones, cuya finalidad es remplazar ciertos productos que actualmente se adquieren en el extranjero, por la producción de los mismos en el país, y finalmente, la mejora en la oferta exportable y lograr una mayor productividad. (PL)
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