Derrame British Petroleum – Chernobil de Estados Unidos

por Juan Luis Berterretche

Isla de Santa Catarina, Brasil


Una de las petroleras más grandes del mundo con una profusa trayectoria de negligencia e ineptitud /1 ha provocado, con el imparable derrame de hidrocarburos en el Golfo de México, un caos ambiental, social, económico y político. La responsabilidad directa corresponde a British Petroleum, que potenció los riesgos de un desastre, inspirada en la avidez de ganancias. Pero en esa aventura contó con un cómplice obsequioso: el gobierno Obama incitando las extracciones en aguas profundas por más temerarias que fueran y la indolencia de sus agencias encargadas de prever y evitar tragedias ambientales y en especial de supervisar las perforaciones marítimas. La imparable contaminación del Golfo de México tiene el mismo origen que la crisis financiera deflagrada en EEUU y contagiada al mundo globalizado: la orientación cada vez más desregulatoria del Estado respecto a las operaciones del capital para favorecer su expoliación.

Caos y desconcierto

Era 20 de abril de 2010 cuando el capitán de la plataforma Deepwater Horizon, Curt Kuchta, recibía la visita de algunos ejecutivos de BP para celebrar siete años sin “accidentes serios” /2 en las instalaciones de la perforación submarina. Varios hombres operaban la maquinaria de excavación, que ya había horadado unos 4.000 metros de rocas a unos 1.500 metros de profundidad en el Golfo de México.

El ambiente de éxito se congeló cuando un torrente de gas metano ascendió por las tuberías y azotó la plataforma. La energía eléctrica se cortó en la embarcación. “Todo empezó a saltar y a estremecerse”, recuerda en una declaración a la Guardia Costera, Kevin Senegal, un trabajador de 45 años. Por instantes los motores que estabilizan la plataforma dejaron de funcionar, pero de inmediato un generador de repuesto restituyó la electricidad. Uno de los grandes motores se reinició fuera de control y quizá de él partió el punto de ignición que detonó el gas metano.

A una primera explosión de gas, siguió una sucesión de detonaciones y de inmediato el resplandor de una deflagración que en pocos segundos se transformó en un incendio incontrolable. Mientras, las llamas se propagaron con rapidez y la mitad de los botes salvavidas quedaron inutilizados por los escombros de las explosiones. En medio de la oscuridad varios trabajadores aterrados se lanzaron al mar cubierto de petróleo, mientras desde el puente, no se daba la alarma de “hombre al agua”.

Los acontecimientos del puente de mando plantean que los supervisores de la plataforma no estaban preparados para manejar una emergencia tan súbita y evacuar con celeridad las instalaciones. Varios testimonios describen el caos y el desconcierto durante el incidente. Nadie se hacía responsable de nada.

Andrea Fleytas, una empleada de 23 años que ayudaba a operar la maquinaria de navegación, se percató que nadie había enviado una señal de socorro. Fleytas se apoderó de la radio y empezó a llamar a la Guardia Costera de Estados Unidos y las embarcaciones que estuvieran en el entorno pidiendo auxilio: “Tenemos un incendio fuera de control”. Cuando el capitán Kuchta percibió el pedido de ayuda, la amonestó por actuar sin autorización. Luego, en su testimonio ante la Guardia Costera, el propio Kuchta reconoció que no tenían extinguidores y por tanto no había otra opción que abandonar la planta.

¿Cuál es la magnitud del derrame?

Dos grupos de científicos estadounidenses, integrados por investigadores del Servicio Geológico de EEUU, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, la Universidad de Washington, la Universidad de Texas y otras instituciones, realizaron un cálculo del derrame. Uno, partiendo de la cantidad de petróleo en la superficie del golfo y el otro midiendo la acumulación en las profundidades. La directora del Servicio Geológico de EEUU (US Geological Survey – USGS) Marcia McNutt, aseguró a principios de junio que los cálculos preliminares señalan que por la fisura habían brotado al mar entre 71 y 147 millones de litros de crudo (entre 446 mil y 925 mil barriles). La agencia calculó que, hasta mediados de junio, el golfo recibió entre 1,9 y 3 millones de litros diarios de crudo (de 12.000 a 19.000 barriles) desde el accidente, muy por encima de los alrededor de 800 mil litros (5.000 barriles) diarios que “estimó” la multinacional británica. El derrame del petrolero Exxon Valdez, vertió en Alaska más de 40 millones de litros de crudo (250 mil barriles). Según este estudio entonces, a principios de junio, el desastre de BP ya era considerado entre dos y cuatro veces más dañino que el provocado por la Exxon en 1989.

Pero un nuevo informe de mediados de junio de los expertos del Servicio Geológico de EEUU establece el flujo de petróleo entre 5,5 y 9,4 millones de litros por día (entre 35.000 y 60.000 barriles diarios), la sexta corrección hacia arriba que hacen desde que empezó el desastre. Según los cálculos de los científicos oficiales, hasta el martes 15 de junio, el total de crudo vertido era de 439 millones de litros. Esto significa que el desastre del golfo en esa fecha, era como mínimo, 11 veces más pernicioso que el del petrolero Exxon Valdez. Lo que hasta ahora no se sabía, es que, ya en mayo, cuando BP en público valoraba la pérdida en 5.000 barriles, en documentos internos reconocía que en realidad podría tratarse de 60.000 barriles diarios. Y en un documento entregado al Congreso asumía que “en la peor de las hipótesis” la cifra podía llegar hasta los 100.000 barriles por día.

La trayectoria de British Petroleum no debería inspirar ninguna confianza en sus cálculos sobre el derrame. Además de la falsedad de los informes para limitar su culpabilidad, es evidente que la petrolera “retrasó una respuesta adecuada a la magnitud del desastre” como denunció un congresista estadounidense. Sin embargo, debieron pasar casi dos meses desde el “accidente”, para que la estimación oficial del volumen de crudo vertido se acercara a la realidad. La evaluación indicó que el crudo que fluye de la grieta sería entre siete y doce veces más que lo declarado por BP. Y en “la peor de las hipótesis” 20 veces más. Con la connivencia que existe entre las agencias federales y las petroleras difícilmente sabremos la verdadera dimensión de este atentado contra el planeta.

El Chernobil de Obama
Tres semanas antes del fatídico 20 de abril, Barack Obama, cediendo a presiones republicanas, alentaba la expansión de la búsqueda de crudo y gas natural en las costas del Atlántico, la zona oriental del Golfo de México y el norte de Alaska /3.

Después de 38 derrames en distintas zonas de EEUU desde 2007, tuvo que producirse el más nocivo en la historia de Estados Unidos, que ya afecta a más de 190 kilómetros de costas en varios estados y envenena extensamente las aguas profundas del Golfo de México, para que dos meses después de iniciado el surtidor nocivo, el presidente Barack Obama, prometiera regulaciones más estrictas para el sector petrolero y anunciara la suspensión de las actividades en 33 operaciones de perforación exploratoria en el Golfo de México, además de suspender 27 permisos de excavación otorgados después de iniciado el enorme derrame. También canceló o suspendió temporalmente ventas pendientes de acuerdos de arrendamiento y perforación en Virginia y en el Ártico. El gobierno de Obama indicó además que detuvo la evaluación de cualquier solicitud para realizar perforaciones petroleras de exploración, extendiendo una moratoria en los permisos para perforar yacimientos nuevos en aguas profundas durante seis meses.

Chevron, la segunda petrolera estadounidense después de Exxon, alquila más plataformas perforadoras en el Golfo de México que cualquier otra petrolera y es el tercer productor de crudo en la zona, después de BP y Royal Dutch Shell PLC. La exploración en aguas profundas era considerada un área de crecimiento para Chevron. Ahora, su acceso a los depósitos de crudo bajo el mar puede estar en peligro por las medidas del gobierno. Sus acciones han caído 10% como reflejo de la crisis desatada por el desastre de BP. Chevron, tomando distancia de BP, ha incentivado la acción de su batallón de lobistas en el Congreso para levantar las prohibiciones. Al mismo tiempo, el sábado 12 de junio pasado, una explosión de tuberías subterráneas de Chevron derramó en un arroyo cercano al parque principal de Salt Lake City, en el estado de Utah, 785 barriles de crudo (cerca de 125 mil litros). El hidrocarburo llegó hasta el estanque Libertad del parque, dejando los gansos blancos cubiertos de petróleo. Éste era un incidente más de la cadena de desastres en minas de carbón, explosiones de gases y derrames de petróleo en todo EEUU en lo que va del año /4.

En un contexto más amplio, queda claro que EEUU no cuenta con las necesarias normas de seguridad para la extracción de combustibles fósiles y menos aún para las complejas operaciones de perforación en aguas profundas. Y que, las insuficientes que tiene, quedan al libre arbitrio de las petroleras, sin control de las agencias federales.

BP: “Ahorrando un millón aquí y unas cuantas horas allá”

A fines de mayo la prensa estadounidense reveló los problemas técnicos detectados por la empresa en la Blowout Preventer, la válvula de seguridad que debía impedir que el crudo fluyera al mar en caso de un accidente /5. Por documentos internos de la compañía británica, BP conocía desde junio de 2009 que la válvula estaba averiada y que la causa del defecto se originó por falta de mantenimiento. El dispositivo presentaba una fuga importante en el sistema hidráulico y los cambios hechos en la válvula para repararla impidieron a los ingenieros activar el sistema diseñado para cerrar los conductos del pozo en el momento del siniestro.

A mediados de junio el presidente Obama promovió la renuncia de Liz Birnbaum, directora del Servicio de Gestión de Minerales, (Minerals Management Service –MMS) que forma parte del Departamento del Interior, al declarar que la agencia gubernamental tenía “relaciones demasiado cercanas” con la industria petrolera.

Los planes de BP en el pozo, que fueron aprobados el 16 de abril por el MMS, cuatro días antes del siniestro, determinan de forma explícita el procedimiento que se realizaría para iniciar la extracción de crudo. En él se excluyen procesos de seguridad diseñados especialmente para garantizar que las burbujas de gas mezcladas con el petróleo en el depósito submarino, no ascendieran por la tubería hasta la plataforma.

Los informes diarios de extracción muestran además que BP no realizó un proceso decisivo, pero lento, que le podría haber permitido detectar y eliminar la acumulación de gas metano en el pozo. La práctica común en la industria es circular el lodo de perforación /6 por el pozo, haciendo subir el barro hasta la plataforma de perforación. El proceso permite a los trabajadores observar si el lodo está absorbiendo gas. La circulación de todo el lodo en la tubería de un pozo de 5.500 metros como éste, es un proceso que tarda entre seis y 12 horas. Pero, según los registros de perforación, la circulación del lodo en este pozo se hizo en apenas 30 minutos el día antes del desastre (19 de abril). Ni siquiera el tiempo suficiente para hacer llegar el lodo del fondo a la superficie. Los registros indican que sólo circuló una pequeña fracción del total.

El presidente del comité de Energía y Comercio de la Cámara, Henry Waxman dijo que los investigadores del Congreso “no encontraron evidencia de que Tony Hayward (presidente ejecutivo de la petrolera) haya prestado atención a los tremendos riesgos que BP estaba tomando”… y agregó: “BP tomó atajo tras atajo para ahorrar un millón aquí y unas cuantas horas allá y ahora toda la costa del golfo está pagando el precio”

El apresuramiento para iniciar la extracción de petróleo llevó a desatender las medidas que ponen barreras para evitar el escape de gas. Y es evidente que el MMS delegó en manos del propio sector petrolero las funciones de supervisión de la seguridad en las perforaciones. La directora del MMS actuó como disyuntor, pero la orientación provenía de un estado que exime de toda norma a la acción del capital corporativo. El desplome financiero y la crisis económica global tienen igual origen.

Bajo presión social, Obama impone condiciones a BP

Durante la reunión que directivos de BP sostuvieron el miércoles 16 de junio 2010 en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama, la empresa British Petroleum accedió a crear un fondo de reserva por 20 mil millones de dólares (unos 16.200 millones de euros) para cubrir el pago de demandas por el derrame petrolero. El fondo será administrado en forma independiente de BP y estará manejado por el estudio de abogados de Kenneth Feinberg, quien administró el sistema de compensación de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Hasta ahora, BP ya ha pagado cerca de 26.500 indemnizaciones pero aún restan más de 51.000 demandas pendientes, por daños. Luego de la rebaja drástica –un quite de 90%- que la justicia estadounidense impuso a las compensaciones que debía pagar Exxon por el derrame en el Ártico de 1989, en los estados damnificados por el desastre, la exigencia de las decenas (o quizá centenas) de miles de afectados presionó reciamente sobre el gobierno federal y las administraciones estaduales, para asegurar las indemnizaciones.

La multinacional accedió también a crear otro fondo de 100 millones de dólares para compensar a los funcionarios que se quedaron sin trabajo tras la explosión el 20 de abril de la plataforma petrolera. Esta había sido una exigencia del ministro del Interior estadounidense, Ken Salazar, que amenazó a BP con una demanda para obligarlo a pagar por el salario de los empleados cuyos trabajos han quedado detenidos por la moratoria impuesta por el gobierno a la perforación en aguas profundas.

La firma anunció también que suspendería el pago de 10.500 millones de dólares de dividendos a sus accionistas y aumentaría el ritmo de venta de activos. El pago de dividendos es un tema candente en el Reino Unido, ya que muchos fondos de pensiones dependen del flujo continuo de efectivo que suministran los dividendos de la petrolera. BP es un contribuyente importante a la economía británica. La petrolera pagó el año pasado 5.800 millones de libras esterlinas en impuestos, lo que la convierte en uno de los mayores contribuyentes fiscales del Reino Unido. Emplea a cerca de 10.000 personas en Gran Bretaña y su dividendo forma parte del flujo de ingresos de los fondos de pensiones británicos. David Cameron, el primer ministro conservador y el ministro de Economía británico, George Osborne, intervinieron ante el gobierno de EEUU en defensa de la transnacional petrolera de su país. Londres le pidió a Washington que “recuerde” el valor económico que BP representa tanto para la gente en Inglaterra como en Estados Unidos.

Según trascendidos de prensa en Londres, BP planea recaudar otros 50.000 millones de dólares para cubrir los costos del catastrófico derrame. Ese dinero se sumaría al fondo de 20.000 millones de dólares para compensar a las víctimas del “accidente”. El Sunday Times de Londres reportó que BP espera recaudar 10.000 millones de dólares por la venta de bonos, 20.000 millones de los bancos y 20.000 millones de dólares más por ventas de activos en los próximos dos años, todo para cubrir los costos del desastre.

La detención total del derrame sigue siendo incierta

Luego de más de dos meses de iniciada la pérdida de crudo, e innumerables intentos fallidos de detener el surtidor a 1.500 metros de profundidad, la acción de BP se limita a tratar de capturar y bombear hacia un barco cisterna la mayor cantidad posible de hidrocarburo. En el sitio del siniestro, una flotilla de al menos 10 navíos rodea al Discoverer Enterprise, el barco que está recolectando parte del crudo que sale por el pozo fuera de control y la válvula averiada. Al lado del barco se puede ver una llama gigantesca, producto de los millones de metros cúbicos de gas natural que se están quemando. Franjas de crudo color café rodean a la flota.

El almirante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen, encargado de supervisar la respuesta del gobierno al derrame, dijo en una rueda de prensa que los técnicos trabajan para incrementar la tasa de recolección de crudo. Pero una solución permanente, según BP, sólo se produciría “más adelante”, cuando se concluyan dos pozos alternos para reducir la presión sobre el pozo principal. Es lo que se considera como la mejor opción para detener definitivamente el derrame. Ambos pozos se completarían recién en agosto. Michio Kaku /7, el prestigioso físico teórico estadounidense ha declarado que “el vertido de petróleo podría durar años si los pozos de alivio que está perforando BP fallan. En este caso habrán zonas muertas en el Golfo de México que durarán por mucho tiempo”.

Los ambientalistas denuncian que BP y la task force están ocultando descaradamente todo tipo de información: no divulgaron los resultados de tests acerca de la exposición de los ciudadanos a los humos del petróleo quemado en el Golfo; ni publican ni permiten que se tomen muestras del aire, y los guardacostas ya han expulsado a algunos activistas que tomaban muestras de alquitrán en las costas de Luisiana.

En las dos últimas semanas de junio más de una docena de trabajadores comenzaron a sufrir síntomas que van desde dolores en el pecho a mareos, náusea y dolores de cabeza, según el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (CDRN). Los síntomas físicos podrían estar relacionados con la exposición a diferentes químicos que emanan de la capa de petróleo, dijeron los expertos de la salud. Mientras, los trabajadores culpan a los dispersantes -Codexit- que BP desparrama para encubrir la magnitud de la marea negra.

Un modo destructivo de aprender

Es difícil presagiar cual será la magnitud final de las pérdidas de BP como villano de la historia. Desde que la plataforma petrolera explotó el 20 de abril, las acciones de BP perdieron 46%. Más allá de la demagogia del gobierno Obama apareciendo como defensor de la población damnificada de los estados costeros del Golfo de México, preservar la salud económica de BP es prioritario para EEUU. El 40% de los activos y accionistas de BP están en EEUU y BP es líder en la producción de petróleo y gas en dicho país.

El futuro de Hayward es predecible: es un fusible fundido. Aún así, la junta directiva de la transnacional no tiene interés de deshacerse de él antes de que se logre sellar el pozo. Con la crisis aún en marcha, es mejor dejar a Hayward como “alguien que recibe las bofetadas”, en lugar de colocar a un sucesor cuya reputación podría desplomarse en poco tiempo. Difícilmente será procesado por su responsabilidad en la muerte de los trabajadores y/o por el atentado criminal contra el planeta. Lo ganado en BP le asegura un retiro opulento. Él nos clarifica sobre las enseñanzas que sacó del siniestro: “Con cada gran derrame, aprendemos más como industria”…“Confío en que aprenderemos de estos terribles eventos y la industria saldrá de esto más fuerte, inteligente y segura que antes.” /8 ¿La vida en el planeta sobrevivirá a este destructivo proceso de aprendizaje de las petroleras?

Notas

1/ Ver mi nota British Petroleum: Exterminador del Futuro, 12 de mayo 2010.
2/ Sin “accidentes serios” significa que se evitó que los acaecidos trascendieran públicamente. Ahora la agencia federal Minerals Management Service, “responsable” de controlar las concesiones petroleras offshore, revela que el yacimiento sufrió fugas importantes causando contaminaciones marinas de 2002 a 2005. Pero en 2009, BP dio un informe optimista sobre la plataforma a la agencia federal: “Es improbable que pueda producirse un accidente de contaminación petrolera en la superficie o en profundidad”.
3/ Discurso del presidente Barack Obama en la base Andrews de la Fuerza Aérea, en Maryland, el 31 de marzo 2010.
4/ Varias personas murieron en los desastres de la mina de carbón de Massey Energy en Virginia Occidental y veintinueve mineros murieron en la explosión de la mina Upper Big Branch.
5/ Documents Show Early Worries About Safety of Rig.(Documentos demuestran preocupaciones tempranas sobre la seguridad de la válvula) The New York Times, 29 de mayo 2010.
6/ El lodo de perforación actúa como fluido lubricante para la barrena y es una solución de agua, materias sólidas como arcilla y mineral barita. Cumple también la función de sellar el pozo mientras se está perforando.
7/ Michio Kaku nacido en 1947 en San José, California, es un físico teórico estadounidense, co-creador de la String Field Theory, una rama de la teoría de cuerdas, futurólogo, divulgador científico, anfitrión de dos programas de radio y autor de libros. Su último best-seller tiene edición en español: La física de lo imposible. ¿Podremos ser invisibles, viajar en el tiempo y teletransportarnos?, Barcelona: Editorial Debate (Grupo Random House Mondadori) 2009.
8/ Tony Hayward, Lo que BP está haciendo para detener el derrame. Wall Street Journal, junio 2010.


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