Brasil até o segundo turno

Por Juan Luis Berterretche

Los resultados electorales de la primera vuelta del 3 de octubre 2010, se definieron en los últimos 10 días de campaña. Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores –PT- y aliados) obtuvo 46,9%; José Serra (PSDB y Dem /1) 32,61% y Marina Silva (Partido Verde –PV-) 19,33%. En poco más de una semana Marina Silva, creció 5,5 puntos porcentuales, Dilma Rousseff apadrinada por Lula retrocedió 7% (mayoritariamente en la “clase media baja”) y Serra subió 1,7 puntos. A Dilma entonces, que aparecía como virtual ganadora en la primera vuelta hasta mediados de setiembre, le faltaron 3,09 % para superar el 50% de los votos y liquidar la elección presidencial en la primera vuelta.

Digamos en primer lugar que de un total de 136 millones de personas habilitadas para votar, se abstuvieron en la primera vuelta, 35 millones.

La intensa campaña orquestada por los grandes medios de prensa y TV contra Dilma garantizó la postergación del resultado electoral e impuso el balotaje. La prensa oral, visual y escrita utilizó primero una supuesta violación del sigilo fiscal /2 de familiares de Serra y capitostes del PSDB, y luego la denuncia de una sucesión de escándalos de corrupción y tráfico de influencias que tendrían vinculación con la sustituta -Erenice Guerra- de Dilma como ministra de la Casa Civil (un cargo similar a primer ministro). La campaña la dirigió la Revista Veja de notoria simpatía con el Departamento de Estado. Veja, en 2001, apoyó tácitamente la invasión a Afganistán y la supuesta “guerra contra Terrorismo”, y actúa en ocasiones como vocero oficioso de la CIA y la DEA. La operación se completó con la propagación de rumores dirigidos a los electores evangélicos con respecto a la legalización del aborto y la aprobación del matrimonio gay por parte de Dilma. El efecto fue mantener a la candidata a la defensiva en las semanas previas a la votación. La ausencia de carisma de la aspirante a presidenta aportó su cuota en el resultado. Dilma Rousseff, una personalidad con mínima trayectoria política pública en el país, con un perfil poco flexible y nula espontaneidad, dependía exclusivamente de un trasiego de votos que le aportara Lula. Así como de su identificación con las medidas compensatorias a la pobreza, como Bolsa Familia, que tienen el efecto de crear clientelismo electoral para el PT, en millones de electores.

En realidad la candidata Marina Silva, eliminada en la primera vuelta de la disputa presidencial, fue la gran sorpresa en la elección, duplicando sus votos al correr de la campaña. Candidata “ecologista” o como algunos ambientalistas la definen “ecocapitalista” no especificó su programa más allá del eslogan trillado y vacío de la defensa de la “economía sustentable” que sugiere y promete, pero no dice nada. En relación a la operación Petrobras del gobierno, por ejemplo, brindó todo su apoyo, con argumentos posibilistas. Y afirmó que no modificaría el proyecto de mundialización de la economía capitalista de Brasil /3 impulsado por el gobierno petista. Su ruptura con el PT y su prestigio como compañera de lucha de Chico Mendes le atrajo votos ambientalistas, feministas y de descontentos con el PT. En el otro extremo del espectro, su adhesión evangélica le aportó electores conservadores.

Serra pertenece a la misma orientación del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC): ex desarrollista reciclado como neoliberal. En su campaña electoral, trató de tomar distancia del estigma privatizador de Cardoso porque fue uno de los aspectos centrales de la derrota de Gerardo Alckim (PSDB) ante Lula en 2006. Pero su asesor técnico en energía David Zylberstajn (ex yerno de FHC) le aconsejó públicamente luego de la primera vuelta, que discrepara con el proyecto Petrobras del PT. El asesor propone apoyar abiertamente la privatización de los yacimientos del pre-sal y una venta de las refinerías de Petrobras para aumentar la participación privada en el sector /4. Si a Dilma le falta carisma a Serra le sobra capacidad para provocar antipatía y rechazo. Es un doctor en economía de universidad estadounidense (Cornell) –ya sabemos que puntos calzan- de voz engolada y pose arrogante. Se jacta de su honestidad y tiene como aliado principal al partido Demócratas, -de derecha-, uno de los más envueltos en escándalos de corrupción del espectro político brasileño. Serra también afirmó que no modificaría la orientación económico-social del gobierno Lula, pero sus simpatías, las de su partido y sus aliados, se inclinan hacia una subordinación internacional a EEUU. Ataca constantemente las relaciones amistosas de Brasil con Venezuela, Ecuador y Argentina. Acusa al gobierno de Evo Morales de proteger al narcotráfico y es contrario a UNASUL.

¿Qué pasará en el balotaje?

En la elección para el Congreso se amplió la mayoría del PT y sus aliados, frente a la oposición actual. Para la Cámara de Diputados, la base de apoyo a Lula da Silva llegará a 72 por ciento del total, con sólo 118 de las 513 bancas ocupadas por legisladores de la oposición. El Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) redujo su bancada de 65 a 53 diputados, y la del DEM pasó de 54 a 43. El PT sale como el mayor vencedor de la elección para esa casa legislativa, habiendo agregado 9 bancas a las 79 que tenía previamente, sumando así un total de 88. Aunque la candidata presidencial del Partido Verde (PV), Marina Silva, obtuvo casi un 20 por ciento de los votos, la bancada verde se mantendrá en 14 diputados.

En el Senado la alianza oficialista consiguió ampliar su presencia, con hasta 57 parlamentarios sobre un total de 81 bancas, siendo las bancadas del PT y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) las más numerosas, con cerca de 36 senadores en la suma de ambas.

La nueva configuración del Congreso permitiría a Dilma contar inclusive con mayoría calificada, equivalente a tres quintos de la Cámara y del Senado (49 senadores y 308 diputados), necesarios para aprobar enmiendas constitucionales y leyes orgánicas. Por otra parte, la oposición no alcanzaría el mínimo exigido para crear Comisiones Parlamentarias de Investigación (CPIs), un instrumento habitualmente utilizado en la política brasileña por la oposición para bloquear el proceso legislativo e impedir la sanción de nuevas leyes.

Una presidencia de Serra se vería en dificultades parlamentarias para gobernar por la relación de fuerzas resultante de la elección en diputados y senadores. Más importante que esto para la estabilidad capitalista es la incapacidad de una eventual presidencia Serra para controlar a los movimientos sociales como lo ha hecho Lula en sus dos ejercicios.

Serra que no logró alcanzar el 33% de los votos, podría superar a D. Rousseff si recibiera casi el total de los votos obtenidos por Marina Silva, cosa difícil o con un importante retroceso electoral de la candidata oficialista, también poco probable pero no imposible, teniendo en cuenta las debilidades de la campaña electoral petista y la fragilidad de la imagen de la candidata.

De cualquier manera existen varias incógnitas y quizá sean las principales de ellas: ¿cuáles serán las nuevas artimañas de los medios de comunicación contra el oficialismo? Al parecer los grandes medios ya reiniciaron una fuerte campaña contra el oficialismo /5 ¿En que intentará centrar la campaña el PT y si esto le sumara votos? El PT ¿podrá disminuir a su favor el 25% del abstencionismo de la primera vuelta? Y sobretodo ¿Cuántos de los votos-castigo al PT que cosechó Marina, se transformarán en el balotaje en votos-útiles para el gobierno?

Al parecer, el resultado de la votación en la primera vuelta ha producido consternación en el oficialismo, y le ha costado reaccionar al PT y su equipo de campaña. Un problema clave es haber optado por una relación mediática con los electores, es decir intermediada por la Globo y las otras cadenas televisivas, sin prácticamente ninguna clase de contacto directo con la gente. El PT no ha desarrollado medios de comunicación propios. Tampoco apuesta ni a la participación activa de sus agitadores en la campaña, ni a la movilización masiva de los votantes. Eso deja a los partidos institucionalizados como el PT, rehenes de los medios de comunicación tradicionales. Y dependientes de las dudosas estrategias de los marketineros electorales que evitan cualquier tipo de debate programático serio. Todo su arsenal propagandístico electoral se basa en la promesa de continuidad de las medidas compensatorias de la pobreza y en la persistencia de cifras favorables en la macroeconomía, que “derraman” cierta bonanza en distintas capas de la población. Esto no ha impedido la pérdida de votos de Dilma en esa denominada “nueva clase media baja/6 surgida durante el gobierno Lula y entre los electores menos escolarizados.

Un eventual triunfo de José Serra en Brasil cambiaría el escenario político-social a escala continental reforzando el polo sudamericano pro estadounidense Santos-Piñera y aislando y/o derechizando aún más los gobiernos social-liberales restantes. Para Brasil, quizá significara mayor inestabilidad social: la gran mayoría de las organizaciones sociales responden al PT o a sus aliados directos. Tampoco la relación de fuerzas en el Congreso brasileño favorece a Serra, lo que sumaría un factor de inestabilidad política. Pero también es posible que en la eventualidad de un triunfo de Serra, la presidencia pudiera atraer a parlamentarios del PMDB y otros partidos aliados al PT a la órbita del ejecutivo.

De cualquier forma es difícil que se modifique la orientación de mundialización capitalista de Brasil emprendida y conducida por el PT. Las  transnacionales imperialistas y las corporaciones del gran capital “nacional”, apoyan el proyecto del gobierno y quieren su continuidad. Los países centrales aún se lamen las heridas de la explosión de las burbujas de capital ficticio y necesitan de los países “emergentes” para la colocación del exceso de capital. A las grandes empresas de capital “autóctono”, el “desarrollismo” estatal del gobierno Lula, les garantiza la afluencia de capitales de riesgo a bajo costo y les ha abierto atractivos mercados internacionales. Y la burguesía en su conjunto agradece el apaciguamiento social que Lula y el PT les garantiza.

Así y todo, hay sectores como los ruralistas y los capitales de las agroindustrias, que preferirían una política abiertamente represiva contra el Movimiento de los Sin Tierra (MST) y la posibilidad de usurpar más impunemente las tierras fiscales y las reservas indígenas. Son predadores ambientales y sociales políticamente inmediatistas. Acaso esta sea la explicación de la victoria de Serra en la zona del agronegocio que comprende Paraná, Mato Grosso do Sul, Mato Grosso y Rondônia. Este sector junto a los otros productores y exportadores de materias primas a granel (hierro, por ejemplo) que se comercian en el mercado internacional, alcanzó en el 2009 el 56% del total de exportaciones del país.

Asociados al Imperio, la élite burguesa y los militares brasileños en 1964 impusieron con el golpe, varias décadas de dictaduras militares al continente. Cualquiera sea el resultado del balotaje de las elecciones brasileñas que se realizarán el 31 de octubre, es de gran importancia para el futuro de Latinoamérica. El país que detenta la mitad del territorio de Sudamérica, que hoy es la octava economía del mundo y que camina aceleradamente hacia el quinto lugar, estampará su impronta en el continente. Para los pobres de nuestra América y sus organizaciones sociales y populares es imprescindible un acertado análisis del escenario que se abrirá con el resultado del balotaje. Hay algo que no cambia: un futuro promisorio para los humildes de Brasil sigue dependiendo de los pueblos y sus organizadores y movilizadores sociales, aunados en un accionar transformador, extra-parlamentario y por fuera de la institucionalidad.

Montevideo

17 de octubre 2010

Notas

1/ Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) de origen desarrollista, derivó en neoliberal y Demócratas (Dem) nueva denominación de políticos que integraron el Congreso fantoche bajo la dictadura militar 1964-1985.

2/ El sigilo fiscal de los contribuyentes es un derivado del secreto bancario y del secreto de la contabilidad empresarial. La oficina recaudadora de tributos (Receita Federal), en particular del impuesto a la renta, garantiza que mantiene en secreto la declaración de patrimonio que realice el contribuyente. Sirve especialmente para que no se haga pública la fortuna en inmuebles, saldos bancarios, inversiones financieras, etc. Es un amparo para quien quiera ocultar su fortuna y una ventaja de la que disfrutan los acaudalados. La enorme mayoría de la población nunca ejerció ese privilegio. En caso de los políticos, sus familiares y allegados, el patrimonio debe ser público para poder fiscalizar los enriquecimientos ilícitos. Por eso la denuncia de los medios contra el equipo de campaña del PT, no tenía fundamento. La investigación policial demostró que la tal violación tenía objetivos “comerciales. La denuncia puede haber influido sobre electores de la clase media alta de las grandes ciudades. Para decenas de millones de electores era un tema inasible y que les resultaba ajeno.

3/ Ver mi artículo Brasil petista: social-liberalismo con vocación “desarrollista. Desacato.info y Correspondencia de Prensa. 17 de octubre 2010.

4/ Asesor Serra quiere privatizar pre-sal Carta Maior www.cartamaior.com.br 08 10 2010.

5/ “Estamos asistiendo a una campaña de golpismo político y mediático semejante a la que ocurrió antes del golpe del 64.”…”golpismo político con apoyo de una parte importante de la gran prensa” afirmó Tarso Genro gobernador electo de Rio Grande do Sul, el 16 de este mes en Porto Alegre.

6/ Se denomina “nueva clase media baja” o “nueva clase C” a la capa social que detenta un ingreso de entre R$ 1.020 (US$ 590) y R$ 2.550 (US$ 1.480). Parte de este electorado que progresó económicamente bajo el gobierno Lula es el que abandonó a Dilma en los 10 días antes de la primera vuelta. Cerca del 36% de los electores pertenecen a esa faja de renta.

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