“Bolívar Echevarría para Dummies”: entrevista con Stefan Gandler

Julio-Estrella-COMERCIO_ECMIMA20131110_0034_6Por Mario Rodas.

Marxismo, existencialismo, modernidad, economía y cultura son los temas que dieron forma al pensamiento del filósofo riobambeño Bolívar Echeverría. Tres años después de su muerte (en Ciudad de México, donde estaba establecido desde la década de los 70), habrá todavía quienes ven como un enigma sus casi 30 años de trabajo filosófico. Stefan Gandler, exponente en el evento ‘Bolívar Echeverría: Trascendencia e impacto para América Latina en el siglo XXI‘ (sostenido por el Instituto de Altos Estudios Nacionales entre el 5 y 8 de noviembre pasados) lo ve en definitiva como un filósofo subestimado en vida, e “injustamente poco valorado” en su natal Ecuador.

Tras su muerte, como suele ocurrir, ha resurgido el interés en sus aportes analíticos de la modernidad -que, según Gandler, Echeverría entendía “incluso mejor que muchos de los autores del llamado Primer Mundo”- y sus interesantes reinterpretaciones de las teorías marxistas.

¿Cómo se puede empezar a entender la filosofía de Bolívar Echeverría?

Echeverría hace una crítica a la modernidad capitalista. Confronta dos filosofías muy diferentes que, para él, confluyen de cierta manera: por un lado la ideología de Carlos Marx, y por el otro la de Martin Heidegger, que no critica el capitalismo pero sí ciertos aspectos de la modernidad. Es ahí donde Echeverría trata de darle un giro al marxismo no solamente fijado en la parte económica, como en muchas interpretaciones, sino también en la parte cultural, civilizatoria y de la vida cotidiana, o lo que él llama el Valor de Uso.

En palabras sencillas, ¿en qué consiste el Valor de Uso?

En la teoría de Marx hay dos lados de la producción: el del Valor -ganancias, inversiones, plusvalía- y el del Valor de Uso, enfocado más en la parte cotidiana; la pregunta de qué produzco en vez de cuánto. Por ejemplo, ¿maíz o trigo? Es un capitalismo muy diferente. Bolívar diría que el Valor de Uso además de económico, es también civilizatorio, y que es en eso en lo que se distinguen las culturas: no por su idioma o creencias, sino por el Valor de Uso de su producción. Cada uno expresa un mensaje: no solamente produzco algo que me hace más rico o que me ayuda a sobrevivir, sino algo específico, que elijo. En cada momento que produzco un producto agrícola específico -maíz en México, trigo en Europa, etcétera- estoy mandando también un mensaje civilizatorio.

¿Y cuál es el mensaje? ¿Qué dice de una cultura?

Esto lleva a otro punto central de la filosofía de Echeverría, que son los cuatro ethe -plural de ethos- de la modernidad capitalista: la realista, la clásica, la romántica y la barroca, que le interesa mucho. Lo barroco como forma de vida. El ethos realista, que predomina en el mundo, dice que es lo mismo hacerse rico que estar feliz: tener buena comida, una casa agradable, un ambiente que me agrada. El ethos barroco dice que es imposible ser feliz en el mundo capitalista porque aunque se tenga mucho dinero -aparte de que es difícil- el Valor de Uso en el capitalismo está intrínsicamente destruido. Un ejemplo es el agua en México. El agua de la llave no es potable, y se hacen muy ricas las empresas de agua embotellada. Entonces la destrucción del Valor de Uso constituye una ventaja para el capitalismo. En México hay gente de pueblo que no tiene dinero ni para comer durante una semana, y cuando la hija cumple 15 años hace una fiesta enorme que toma años para pagar. En términos de Valor es una locura, pero no en Valor de Uso, porque se rescata la fiesta, la buena comida, la felicidad. Es una locura, pero dice Echeverría que no más que el ethos realista, que se hace la ilusión de que tener mucho dinero sí hace feliz.

De los cuatro ethos, ¿el barroco es el menos nocivo?

Los cuatro son irracionales porque son parte del sistema capitalista, que para Echeverría es irracional por definición, pero dentro de esta irracionalidad hay varias maneras de vivirla. Bolívar diría que el ethos que existe en México y Ecuador parece a primera vista más irracional y que requiere modernizarse. Pero no es así. Ecuador y México son tan modernos como EE.UU., solo que es otra variante de la modernidad. En los 90, cuando en México Carlos Salinas decía que lo iba a modernizar todo con el neoliberalismo, Echeverría decía que sería problemático remplazar al ethos barroco por el realista porque se perderían algunos aspectos importantes para una sociedad capitalista. Un ejemplo es el meztizaje cultural. Es algo que se da más en el ethos barroco. El ethos realista se trata de pureza, perfección, de que las cosas sean como aparentan, y es difícil que convivan diferentes culturas. El ethos barroco es caótico y acepta el caos como algo inevitable; este caos de personas que no hablan el mismo idioma y tienen formas de vivencia cotidiana muy diferentes. El barroco dice “Sí, no es posible… pero lo hacemos de todos modos”. Es menos racista, más abierto, más flexible. Es un punto esencial de Echeverría, porque yo creo que el debate sobre el racismo de hoy no llega a la raíz del problema.

¿Qué recomendaría de la bibliografía de Echeverría?

Muchos libros, pero resaltaría ‘El discurso crítico de Marx’, ‘El valor de uso y Utopía’, ‘Las ilusiones de la modernidad’ y ‘La forma natural de la reproducción social’.

Fonte: Marxismo Crítico.

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