Alçam-se as vozes dos povos latino-americanos

Por Orlando Balbás.

El triunfo de Ollanta Humala en las elecciones del domingo pasado en la República del Perú, debe interpretarse como un fenómeno político estrechamente unido al momento histórico de advenimiento de las masas populares. En Latinoamérica, es evidente el avance de los sectores progresistas y de izquierda, los planteamientos de inclusión de las mayorías, la búsqueda por disminuir las desigualdades sociales y la justa distribución de la riqueza. Ollanta Humala, gana la Presidencia del Perú, con un porcentaje reducido respecto a su opositora Keiko Fujimori, quien contó con el apoyo de los grandes medios de comunicación dirigidos por el poder económico de ese país.

El ochenta por ciento de los votos de Humala, provienen de los sectores más pobres, de los obreros, campesinos e indígenas peruanos. Llama la atención el apoyo recibido por Humala del escritor derechista Mario Vargas Llosa, quien además es acérrimo crítico del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez Frías. La posición política del nuevo Presidente del Perú, está en medio de una serie de situaciones y contradicciones, que hacen necesario esperar el desarrollo del discurso y la ejecución de su programa de gobierno y sus relaciones internas e internacionales. Su práctica permitirá seguir con el apoyo popular o convertirse en un tirano a favor de las minorías ricas y relacionadas con el gobierno de los Estados Unidos, que por cierto su Presidente Barack Obama, permanece en un silencio poco convincente y muy preocupante ante los resultados favorables de Ollanta Humala.

La abrumadora campaña contra el elegido Presidente de la República del Perú no pudo detener su victoria. Pero ahora quedan elementos importantísimos que manejará la derecha peruana en el contexto de las negociaciones políticas y la búsqueda de neutralizar la participación de las masas populares en el nuevo enfoque para gobernar. El Presidente Ollanta Humala, obtuvo una ventaja de 461 votos sobre Keiko Fujimori, indicativo de una gran polarización, pero además la guerra sucia se puede agudizar para tratar de enlodar la gestión del nuevo mandatario que fue muy votado en las zonas pobres del Perú. La caída de la bolsa de valores y su cierre después del 5 de Junio día de las elecciones, es la continuación de un plan para hacer de la opinión pública el instrumento que permita doblegar a un Presidente en el que los pobres tienen la esperanza de su liberación e inclusión. Esto no es retórica, de las 25 regiones en que se divide eses país, en 19 de ellas ganó Ollanta Humala. La mirada de los desposeídos estará atenta a los movimientos de su nuevo Presidente, pero también la oligarquía unida al gobierno de los Estados Unidos, vigilarán y tratarán de asegurar la aplicación de la economía neoliberal que se implantó en ese territorio Suramericano.

Indiscutiblemente, que la unidad latinoamericana y del Caribe debe fortalecerse; esto cobra más vigencia porque se trata de mantener la soberanía e independencia (recientemente alcanzada), de los pueblos. La irradiación de la Revolución Bolivariana en Venezuela, dirigida por el Comandante Chávez ha permitido que surjan las voces de las mayorías en búsqueda de la transformación social; por esta razón, el Presidente Ollanta Humala debe seguir el camino de la redención de su pueblo.

 

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