A Rio+20 será o epitáfio para 40 anos de eco-simulação no seio das Nações Unidas

Entrevista com Miguel Grinberg, ambientalista argentino.

Miguel Grinberg es periodista e investigador de amplia trayectoria en los medios y en la construcción de espacios alternativos. En la década del ’80 dirigió un centro de estudios volcado a la documentación ecológica y prospectiva que derivó en la mítica revista Mutantia, pionera en la discusión ambiental en la Argentina y el Cono Sur.

Asimismo, fue el único profesional de nuestro país que cubrió en profundidad la cumbre internacional “Eco ’92” que se celebró en Río de Janeiro, Brasil. Allí se había postulado, por primera vez, los principios del desarrollo sustentable y una agenda orientativa para generar conciencia. En junio se cumplirán dos décadas de dicha reunión en la esperada “Río+20”, con el objetivo de evaluar los logros y los obstáculos en la búsqueda de políticas globales que protejan el ambiente para las generaciones presentes y futuras.

Grinberg publicó numerosos libros y artículos, además de continuar con su labor periodística de manera integral, en simultáneo con la docencia y la búsqueda espiritual. ComAmbiental dialogó con él para conocer su visión en este día, de este 2012 tan particular.

¿Cómo fue su participación en la Cumbre de la Tierra en 1992?
Asistí a la ECO ’92, en una triple función. Primero como enviado especial del Multimedios América (diario El Cronista Comercial, Radio América y Noticiero Científico de Cablevisión). Segundo como integrante del Centro de Enlace para el Medio Ambiente Internacional de Nairobi (ELCI, Kenya) y único redactor latinoamericano del Programa Ya Wananchi. Y tercero como miembro de la RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista) y parte de una amplia delegación de ONGs argentinas. Los medios de prensa argentinos estuvieron ampliamente presentes, pero no se detuvieron a analizar contenidos: vieron apenas el lado farandulesco del cónclave.

¿Qué cambios observa en estos 20 años en materia de políticas públicas y conciencia social? 
Dos cosas ocurrieron durante las dos décadas recientes. Una ha sido un bloqueo sistemático del avance de la problemática ambiental dentro de la estructura de Naciones Unidas, promovido por Estados Unidos y China. Y por un bloque de Corporaciones Transnacionales inserto en la estructura de la ONU mediante una alianza llamada Global Compact (Pacto Global) que impulsó el ex Secretario General Kofi Annan en combinación con los magnates del Foro Económico Mundial (Davos). Los fracasos de las tres últimas Conferencias de Partes del Convenio Marco sobre Cambio Climático (Cancún, Copenhague y Durban) son un claro indicativo de tal intencionalidad paralizante.

Al mismo tiempo, hubo una novedad fuera de la ONU: se expandió en los países andinos una visión naturalista sobre el “buen vivir”, opuesta al materialismo de la sociedad de consumo y aplicada a la revalorización de los bienes naturales del hombre y el planeta. El concepto básico de este movimiento eco-social se basa en la doctrina del Sumak Kawsay quechua, también expresado por el Suma Qamaña aymara y el Kümen Mongen mapuche.

¿Tiene alguna expectativa para Río+20? 
Rio+20 será el epitafio para 40 años de eco-simulación en el seno de Naciones Unidas. Otra maratón de discursos metafóricos para tratar de disfrazar de “crecimiento verde” lo indisimulable: el fin de la sociedad humana como objeto de lucro para minorías selectas.

En ese sentido, usted sostiene que 2012 es un “año de mutación espiritual”. ¿Qué significa en relación con el cuidado del ambiente? 
En 2012, una aceleración de convulsiones estructurales y atmosféricas en nuestro planeta, a la par de una neta expansión de estados de conciencia universal en individuos de todo el globo, preanuncian un giro radical de la experiencia terrenal de nuestra especie, que se ampliará en los años subsiguientes. Esto es obvio para muchos, mientras que otros no han captado su advenimiento.

El término quechua “sumak” se traduce como plenitud, sublime, excelencia o magnífico, en tanto el significado de “kawsay” es vida, ser estando o estar siendo. Se asume como “vivir bien” y equivale a “vida en plenitud”.

¿Esos cambios deberían alcanzar a los medios convencionales o sería como “pedir peras al olmo”? Es decir ¿considera posible que los temas principales de los diarios, radios o TV tengan una filosofía más cercana a la de Mutantia?
El ciclo visible de Mutantia como revista se completó en 1987, con el número 24. Durante los cinco años precedentes impulsamos un programa pedagógico transformacional llamado Multiversidad de Buenos Aires, donde seres humanos en sintonía con el trabajo de “ampliar los estados de consciencia” se aplicaron a la tarea de asumirse como criaturas evolutivas. Ello también tuvo lugar (como documentó la revista) en numerosas latitudes del planeta.

Los diarios, radios o TV existen a partir de actos reflejos basados en sucesos coyunturales, no en asuntos estructurales. Van siempre en la cola de los grandes advenimientos, a los que siempre llegan tarde.

Hoy existe una “masa crítica” de hombres y mujeres que poco a poco van trasladando esa percepción a su vida cotidiana y al lugar donde viven y trabajan. No es un evento espectacular, sino una mutación espiritual sutil. Que anima redes de intercambio y estímulo a través de la Internet. Mi próxima contribución a esa órbita eco-espiritual será un libro que he titulado Nuestro Espacio Sagrado, concebido como “Mutantia 25”, y que aparecerá antes de que concluya este año.

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