A odisseia de Soledad Miranda nos Estados Unidos. Por Ronnie Huete Salgado

 

“O torturador é um funcionário. O ditador é um funcionário. Burocratas armados, que perdem seu emprego se não cumprem com eficiência sua tarefa. Isso, e nada mais do que isso. Não são monstros extraordinários. Não vamos presenteá-los com essa grandeza.” Eduardo Galeano em Dias de e noites de amor e guerra.

Por Ronnie Huete Salgado, para Desacato.info.

Washington DC. Ser mãe solteira nos Estados Unidos, e lutar pelo direito ao trabalho, é uma odisseia capitalista que Soledad Miranda decidiu enfrentar junto à sua filha nos Estados Unidos.

Soledad, é um das porta-vozes da organização “Vendedores Unidos” e quem, junto com seus demais companheiros de luta, reivindica o direito humano ao trabalho.

Acontece que o processo de estada laboral nos Estados Unidos está estratificado por uma hierarquia racial que ainda existe na terra de Donald Trump.

Este costume feudal segue arraigado na cosmovisão de grande parte da população estadunidense, cujo pensamento ainda gira em torno da superioridade pela cor da pele.

Miranda nasceu na América Latina e como todos os “Vendedores Unidos” tenta lutar contra essa imposição de pensamento racial. Os vendedores todos os dias correm perigo de serem golpeados ou encarcerados pelos que cuidam os comércios das grandes lojas.

Com altas ou baixas temperaturas, os vendedores unidos desafiam o poder corporativo para poder sobreviver à alta pressão que define o cotidiano dos cidadãos nos Estados Unidos.

“Columbia Heights” é a zona que testifica a luta dos “Vendedores Unidos”, no meio do ambiente metropolitano de Washington, Distrito de Columbia, DC, onde é comum escutar as vozes das mulheres que replicam: “Atol de elote (bebida ancestral guatemalteca), tacos, gorros, suéteres”, com se fosse numa avenida centro-americana.

Seu eco de luta permite que sobreviam à inclemência dos Estados Unidos, e por outro lado, fortalecer a economia das nações de origem, já que o envio das remessas para seus familiares é uma extensão solidária que mantém a economia dos seus conterrâneos.

Lutar pela vida não é um delito, porém, a criminalização contra os vendedores unidos segue vigente. A polícia metropolitana os persegue, ameaça e até chegaram a golpear uma menor de idade, segundo o relato dos próprios vendedores unidos, quem, em reiteradas ocasiões têm solicitado auxílio.

“Nós estamos solicitando das autoridades do Distrito Columbia que nos proporcionem um alvará para poder vender na rua e que cesse a perseguição da polícia. Essa é a nossa luta, e enquanto não obtenhamos o documento não pararemos de seguir lutando nas ruas”, reafirmou em alto e bom som Soledad Miranda, frente a um escritório da Polícia Metropolitana de DC. Ela protestava junto aos seus companheiros de forma pacífica, exigiam respeito e amor pelo trabalho que realizam.

Sob uma chuva forte, recentemente os vendedores unidos realizaram um protesto pacífico nos arredores de uma delegacia, no entanto, não obtiveram uma resposta de parte dos funcionários policiais.

Assim sendo, a solução para que os vendedores unidos não sigam sendo vítimas do atropelo racial capitalistas, é necessária uma resposta por parte das autoridades em Washington DC, para que no futuro não aconteça uma tragédia que lamentar, já que a fúria policial ficou de manifesto em reiteradas ocasiões. A esse nível de baixeza chegam os Estados Unidos.

Da mesma forma, é  necessário que exista uma unidade entre os organismos de direitos humanos em Washington DC, para exigir que o respeito ao direito de trabalhar livremente seja uma lei que determine o comportamento dos cidadãos estadunidenses que olham com desdém o trabalho dos vendedores unidos.

A história universal da humanidade tem demonstrado que uma resposta com violência só gera mais violência e desolação entre a população. Por esse motivo a luta dos vendedores unidos é legítima e infinita, pois seu único delito é sobreviver no sistema econômico mais injusto que tem engendrado a humanidade.

Enquanto a resolução legal não aconteça, Soledad Miranda seguirá construindo junto aos seus companheiros  essa avenida de luta, cujo desenho é inspirado pelas crianças dessas mães solteiras que observam com admiração a persistência de suas progenitoras.

Como jornalista independente, internacionalista e defensor da vida, sumo minhas palavras à exigência dos Vendedores Unidos, para que lhes outorguem o alvará que lhes permita uma melhora qualidade de vida e trabalho digno, já que é um direito internacional, e que contribui com a economia dos Estados Unidos.

Ser mãe solteira é o maior reto da vida que tem uma mulher neste mundo injusto, mas, ao mesmo tempo é o preâmbulo de um novo desenho social que transforma a mãe em uma mulher infinitamente mais forte. Soledad Miranda é a prova viva dessa evolução social da mulher, cujo braço de luta é o amor à sua filha.

 Versão em português: Raul Fitipaldi, para Desacato.info

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Texto original en español

La licencia para los vendedores, es un derecho

“El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso. No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.”Fuente: “Días y noches de amor y de guerra”, p. 168 Eduardo Galeno.

Washington DC, 24 de febrero de 2020. Ser madre soltera en los Estados Unidos y luchar por el derecho al trabajo, es una odisea capitalista que Soledad Miranda ha decidido enfrentar junto a su hija, en la capital de los Estados Unidos.

Miranda, es una de las voceras de la organización “Vendedores Unidos” y quien junto a sus demás compañeros de lucha reivindican el derecho humano al trabajo.

Y es que el proceso de estadía laboral en los Estados Unidos de América EUA, esta estratificado por una jerarquía racial, que todavía existe en la tierra de Donald Trump.

Esta costumbre feudal sigue arraigada en la cosmovisión de gran parte de la población estadounidense, cuyo pensamiento aun gira con cierta superioridad del color de la piel.

Miranda, nació en Latinoamérica y como todos “Los vendedores unidos” intentan luchar contra esa imposición de pensamiento racial y a diario corren peligro de ser golpeados o encarcelados por quienes vigilan los negocios de las grandes corporativas.

Con altas o bajas temperaturas, los vendedores unidos desafían el poder corporativo para poder sobrevivir de la alta presión de la vida que define el día a día de los ciudadanos en los EUA.

“Columbia Heights” es la zona que testifica la lucha de los “vendedores unidos”, en medio del ambiente metropolitano de Washington Distrito de Columbia DC, en donde es común escuchar las voces de las mujeres que replican; “atol de elote, tacos. Gorros, suéteres” como sí se tratase de una avenida de Centroamérica.

Su eco de lucha les permite sobrevivir a la inclemencia de los EUA y a su vez a fortalecer la economía de sus naciones de origen, puesto que el envío de remesas para sus familiares, es una extensión solidaria que mantiene la economía de los suyos.

Luchar por la vida, no es un delito, sin embargo, la criminalización contra los vendedores unidos sigue vigente cuando la policía metropolitana les persigue, les amenaza y hasta han llegado a la violencia de golpear a una menor, esto según el relato de los propios vendedores unidos, quienes en reiteradas ocasiones han solicitado el llamado de auxilio.

“Nosotros estamos solicitando a las autoridades de DC que nos proporcionen una licencia para poder vender en la calle y que cese la persecución de la policía, esa es nuestra lucha y hasta que no obtengamos la licencia, no pararemos de seguir luchando en las calles” reafirmó con tono fuerte Soledad Miranda, frente a una oficina de la Policía Metropolitana de DC, junto a sus compañeros, mientras protestaban pacíficamente exigiendo respeto y amor por el trabajo que hacen.

Bajo una fuerte lluvia, recientemente los venderos unidos realizaron una protesta pacífica en los alrededores de una oficina policial, sin embargo, no obtuvieron una respuesta de parte de los funcionarios policiales.

Ante ello, la solución para que los vendedores unidos no sigan siendo víctimas del atropello racial capitalista, es necesario una respuesta de parte de las autoridades en Washington DC, para que en un futuro no haya una tragedia que lamentar, puesto que la furia policial ya se ha demostrado en reiteradas ocasiones, hasta que niveles puede llegar en los Estados Unidos.

De igual forma, es necesario que haya una unidad entre los organismos de derechos humanos en Washington DC, para exigir que el respeto al derecho a trabajar libremente sea una ley que determine el andar de cada ciudadano estadounidense, que miran con desdén el trabajo de los vendedores unidos.

Ya la historia universal de la humanidad lo ha demostrado, que una respuesta con violencia solo ha generado más violencia y desolación entre sus pobladores, por tal motivo la lucha de vendedores unidos es legitima e infinita, puesto que su único delito es sobrevivir en el sistema económico más injusto, que ha engendrado la humanidad.

Mientras toda esta solución se cumpla, soledad Miranda seguirá construyendo junto a sus compañeros de vendedores unidos esa avenida de lucha, cuyo diseño es inspirado por los niños de esas madres solteras que observan con admiración la perseverancia de sus progenitores.

Como periodista independiente, internacionalista y defensor de la vida, me sumo a la exigencia de los vendedores unidos, en que les brinden una licencia que les pueda brindar una mejor calidad de vida y trabajo digno, puesto que es un derecho internacional, y que desde ya, está contribuyendo con la economía de los Estados Unidos.

Ser madre soltera, es el mayor reto de vida que tiene una mujer en este mundo injusto, pero a la vez es el preámbulo de un nuevo diseño social, que transforma a la madre en una mujer infinitamente más fuerte, Soledad Miranda es la prueba viviente de esa evolución social de la mujer, cuyo brazo de lucha, es el amor a su hija.

Na imagem de capa: Soledad Miranda, pelo autor.

Ronnie Huete Salgado é jornalista hondurenho exilado em Washington DC.

A opinião do/a autor/a não necessariamente representa a opinião de Desacato.info.

#AOutraReflexão

#SomandoVozes

 

 

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